PROSPECT HEIGHTS — Bomberos del FDNY del Brooklyn’s Battalion 57 marcharon por el Puente de Brooklyn para honrar a los héroes que perdieron la vida en el ataque terrorista del 11 de septiembre, demostrando que “9/11 We Never Forget” (“Nunca Olvidamos el 11-S”) es más que un lema: es una promesa viva que se renueva con cada paso que dan.
Monseñor Robert Brennan afirmó que la emotiva procesión es un acto de solidaridad que no solo recuerda a los fallecidos, sino que también reconoce los sacrificios continuos de los primeros en responder.
“Recordamos el sacrificio y el horror de aquel día, y los honramos por su valentía, con un sentido de gratitud porque nuestros primeros respondedores nos permiten llevar adelante la vida aquí y mantenernos seguros”, dijo Monseñor Brennan. “Y luego rezamos… yo mismo estuve rezando durante el recorrido, pero rezaremos juntos en la Santa Misa en la Co-Cathedral of St. Joseph”.
El 11 de septiembre, 24 años después del atentado, el Battalion 57 del FDNY marchó desde Manhattan a través del Puente de Brooklyn, pasando por varias estaciones de bomberos en camino hacia la Co-Cathedral of St. Joseph. Monseñor Brennan los recibió y caminó en solidaridad, honrando junto a ellos a los caídos.
Como parte de la procesión, los bomberos portaron 25 banderas: una bandera estadounidense y 24 del FDNY, en memoria de los 23 miembros del Battalion 57 que murieron en el 11-S, junto con una bandera adicional en honor al hermano de un miembro del batallón que también perdió la vida en el ataque.
El Battalion 57, conocido como “The Pride of Brooklyn” (“El Orgullo de Brooklyn”), está compuesto por varias estaciones y compañías, entre ellas cuatro jefes de batallón, las Engine Companies 217, 219, 230 y 235, así como las Ladder Companies 102 y 105.
Monseñor Brennan celebró la Misa, y el Padre Anthony Palombo —sacerdote de la Arquidiócesis de Newark e hijo del bombero Frank Palombo, uno de los fallecidos en los atentados— fue el encargado de la homilía.
El Padre Palombo compartió con los feligreses que su reacción inicial a la muerte de su padre fue de “maldad”, lo que lo llevó a un profundo rechazo hacia Dios. Sin embargo, en medio del dolor, descubrió una verdad que le transformó la vida: “Dios simplemente quería mostrarme que me amaba tal como era”.
Explicó que ese amor “poderoso y transformador” lo sacó de la rabia y la tristeza, y lo llevó al sacerdocio.
“Eso abrió una nueva posibilidad en mi vida, cuando antes me veía atrapado sin salida”, dijo el Padre Palombo a The Tablet. “[Tengo] gratitud a Dios por salvarme del infierno que estaba viviendo y también por descubrir que, a través de la muerte de mi padre, Dios quería mostrarme que Él también era mi Padre”.