Columna del editor

A fines de noviembre, ¿daremos gracias?

EL 27 noviembre comienza el Adviento, nuestro camino hacia la Navidad. Se ha dicho, y con razón, que toda la vida del cristiano es un adviento. Es una preparación para el encuentro con Dios. También se ha dicho, y con razón, que la sociedad de consumo ha convertido la Navidad en un frenesí de compras y compromisos sociales.

Haber convertido el Adviento en una época de instalación de luces y arbolitos, de planificación de fiestas y caza de ofertas especiales, quizás sea un símbolo del extravío de nuestra vida en general. Cuando la instalación de las guirnaldas, las compras y la coordinación de la cena se vuelven tan complicadas que nos hacen esperar la Navidad con más terror que alegría, podemos decir que hemos acabado con el sentido real de la fiesta.

En el Adviento la Iglesia nos invita a prepararnos realmente, espiritualmente, para celebrar el nacimiento del Niño Dios. Ojalá que en este Adviento pensemos en las cosas que son de veras esenciales para la Navidad y cuál es el sentido real de ese suceso definitivo en la historia humana.

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Calendario de Adviento (Im Lande des Christkinds), de Richard Ernst Kepler, 1903. Foto: commons.wikimedia.org

Las novedades de noviembre

Antes de llegar al Adviento, tendremos este mes de noviembre repleto de noticias grandes y pequeñas, familiares y nacionales. Para empezar, como puede ver el lector, Nuestra Voz estrena este mes un nuevo diseño, y un tipo de letra más grande. Ha sido nuestra respuesta al pedido de muchos lectores, y ha sido también el fruto del esfuerzo y el trabajo de Israel Ochoa, nuestro diseñador.

Como notarán los lectores, también ha cambiado el formato del periódico. Las páginas son ahora un tanto más anchas y menos altas. Esperamos, por supuesto, sus opiniones y comentarios sobre los cambios.

Otra novedad: ahora tendremos una sección de humor. Nadim Amín, el reconocido artista colombiano que el año pasado creó la caricatura del papa Francisco para nuestra portada, nos ofrecerá una reflexión humorística sobre el diario acontecer.

Nuestra Voz en televisión

El 9 de noviembre comenzará a transmitirse por NET TV el programa “Al pan, pan”, en el que estaremos el padre Tomás del Valle y este servidor. El padre Del Valle es columnista habitual de Nuestra Voz y ha sido conductor del programa radial “La Tertulia del Siglo XXI” por casi veinte años. Es un profundo conocedor de la historia y la actualidad de la Iglesia. Ustedes están invitados a enviar preguntas o sugerencias de temas que podríamos tratar en el programa.

También este mes comienza a transmitirse por NET TV “Con Nuestra Voz”. Es un breve segmento —alrededor de tres minutos— donde hablaré del acontecer de la Diócesis o de los artículos más relevantes publicados en Nuestra Voz. También tendremos minientrevistas con invitados especiales y comentarios sobre temas del día.

Las elecciones

Y hablando de temas del día… tres días después de la publicación de esta edición de Nuestra Voz iremos a las urnas a elegir a la persona que debe conducir los destinos de la nación. Hace dos meses, desde esta columna, hablé de la degradación que esta temporada electoral había significado. Desde entonces se descubrieron cosas como el video de Donald Trump conversando con Billy Bush, el reinicio de la investigación sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton, la filtración de las preguntas de los debates…

No importa cuál sea el resultado de las elecciones del 8 de noviembre, los próximos cuatro años no serán un lecho de rosas en la Casa Blanca. El caso es que estamos entre una incertidumbre alarmante y una deprimente certeza. Si gana Donald Trump será difícil prever los problemas que tendremos, y la escala de esos problemas, dada la errática personalidad y la falta de experiencia del candidato. Si gana Clinton, ya sabemos que su administración estará signada por las intríngulis “clintonianas” y las investigaciones federales.

Para los católicos, los dos candidatos ponen muy en claro algo que nunca deberíamos olvidar: ningún proyecto político, ningún líder, encarna o concuerda con la construcción del Reino de Dios. Esta vez esa discrepancia parece más alarmante que en elecciones recientes. Los años que se avecinan —no importa quién gane— requerirán una participación política más responsable, y una intensa reflexión sobre nuestra propia ética cristiana.

Acción de Gracias

¿Y tendremos razones para dar gracias a fines de noviembre? Claro que sí. Daremos gracias porque las instituciones de esta nación aún son más importantes que los líderes que elegimos. Y daremos gracias por saber que nuestro asidero espiritual no está en un líder político sino en ese Niño Dios que nos prepararemos para recibir, y que no nos defrauda.

Daremos gracias por el amor de nuestras familias y por nuestras alegrías, y por las pruebas que nos hacen más humanos y más centrados en nuestra esencia, y por las tristezas que nos unen a quienes queremos. Daremos gracias por la fe, que nos hace ser quienes somos y, sobre todo, nos hace aspirar a ser mejores.

Daremos gracias a ese Dios que hizo cantar al salmista, “Es Yahveh mi pastor, nada me falta”. Sí, daremos gracias.