Columna del Obispo

Ahora su parroquia necesita de su ayuda más que nunca

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

En nuestras iglesias en Brooklyn y Queens se han reanudado las misas, practicando el distanciamiento social requerido y otras nuevas medidas relacionadas con la salud, como cubrirse la cara con una mascarilla. Los testimonios de nuestros feligreses que regresan a la misa dominical han sido diferentes en toda la Diócesis de Brooklyn. Yo diría, dada la capacidad limitada, que hemos visto regresar al 40 por ciento de las personas, lo cual es algo alentador.

Como se dijo, el indulto o la dispensa de la obligación de la Eucaristía dominical seguirá en vigor hasta que podamos volver a la normalidad. Esto se aplica especialmente a las personas con mayor riesgo, según lo definido por los Centros para el Control de Enfermedades. Por estas razones, este grupo de personas debe tomar precauciones especiales antes de regresar a la misa. Cuando todos cooperamos, la política de distanciamiento social se convierte en una regla de responsabilidad y preocupación por los demás. Sin duda, mostramos esta preocupación al asistir a misa dominical, e incluso a algunas misas entre semana.

Aunque la asistencia a la misa ha sido menor como suele suceder durante el verano, tal vez este año debido al mismo miedo por el contagio, muchos feligreses continúan viendo la misa en la televisión, sin dejar de contribuir a su parroquia. Les agradezco a cada uno de ustedes por continuar apoyando financieramente a su comunidad.

Todos somos conscientes de la agitación económica en nuestra ciudad y nuestra nación, y cómo esto ha afectado a tantas familias en nuestras parroquias. Ahora más que nunca, su iglesia necesita su apoyo financiero, por eso les pido que hagan lo que puedan para que su parroquia mantenga funcionando los ministerios vitales para difundir el mensaje de Jesucristo.

Para tener éxito en el futuro, una de las nuevas formas de donación que se ha implementado es la “donación online”. Aunque la Diócesis ha tardado en adoptar este método, hemos notado que a raíz de la pandemia muchas parroquias han puesto esta opción a disposición de sus feligreses.

Las estadísticas de la Fundación Católica en Brooklyn y Queens muestran que durante el COVID-19 pasamos de 63 parroquias que ofrecen la modalidad de donaciones online a 156 parroquias. Muchos de nuestros feligreses han sido muy fieles al enviar sus sobres por correo o dejarlos en la rectoría para que las iglesias puedan continuar con su misión de servir a nuestra comunidad, además de poder conservar el personal, lo cual es más necesario ahora dados los protocolos higiénicos y de salud que deben seguirse para mantenernos a todos a salvo.

Durante este tiempo de la pandemia, hemos aprendido varias lecciones; algo particularmente cierto para quienes se han visto afectados por el virus, algunos con afecciones leves, otros con afecciones graves, hasta los que lamentablemente han experimentado la pérdida de un ser querido. Nunca es fácil lidiar con una enfermedad y este virus insidioso ha puesto a prueba nuestra paciencia e ingenio para tratar de evitar el contagio. Es importante que todos cooperemos con las medidas necesarias para erradicar esta enfermedad.

Esperamos y rezamos por que se desarrolle una vacuna a tiempo que nos permita eliminar la transmisión continua de este virus. Debemos recordar que también se acerca la temporada de gripe. Aunque es un virus diferente, las vacunas antigripales son importantes, quizás ahora más que nunca, ya que no queremos contraer el coronavirus además de la gripe, lo que podría comprometer mucho más nuestra salud.

Indudablemente, hemos remado mar adentro, hacia las profundas aguas del reconocimiento de nuestras limitaciones humanas y las limitaciones de nuestro gobierno en todos los niveles tratando de combatir la pandemia, que nunca ha sido parte de nuestra experiencia. Una de las cosas positivas que nos han sucedido durante estos últimos meses es la profundización de nuestra fe y nuestra confianza en el poder de la oración. No olvidemos las palabras de nuestro Señor: “Pues donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:20). “Y también haré lo que me pidan invocando mi Nombre” (Jn. 14:14). Estas son algunas de las enseñanzas más difíciles de Jesús, que debemos orar verdaderamente con todo nuestro corazón y con una fe indomable que nos conduzca a recibir lo que hoy necesitamos.