El desayuno es el plato más importante del día. Nos brinda ese primer impacto alimenticio que nutre nuestro organismo en las primeras horas de la jornada cotidiana y nos da la energía que necesitamos para romper el ayuno después del descanso nocturno, cuando los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre han disminuido significativamente ya que hemos estado sin consumir alimentos por unas 6-10 horas.
De acuerdo a la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, es importante comer un desayuno nutritivo y saludable que contenga fibra, granos, fruta fresca y proteína, o sea, todos los grupos alimenticios. De esta manera, la digestión se produce de forma uniforme y mantenemos los niveles de energía durante todo el día.
Desayunar también reduce el hambre durante el día, por lo que es más fácil evitar comer en exceso. Cuando obviamos el desayuno, vamos a sentir hambre más tarde y por supuesto que vamos a buscar una solución rápida, como comer lo primero y más fácil: comida chatarra.
Ten en cuenta, sin embargo, que comer donas y/o pasteles azucarados te dará un pico de glucosa, (mucha energía por un tiempo) seguido por una gran caída, (gran cansancio casi de inmediato). Entonces, volverás a tener hambre y comerás más azúcar, lo que causará que ganes más peso.
Un desayuno nutritivo te ayudará a concentrarte mejor, ya que el cerebro se alimenta de glucosa, pero no tiene la capacidad de almacenarla durante la noche. También te sentirás con más energía para la actividad física porque la glucosa también alimenta los músculos.
En fin, un buen desayuno es la clave de un comienzo exitoso para tu día. Con esto en mente, quiero compartir contigo uno de mis desayunos favoritos: la avena suiza. Es fácil de preparar, altamente nutritiva y superdeliciosa.
Ingrediente
2 porciones
- 3/4 de taza de leche (yo utilizo leche de almendra)
- 3/4 taza de copos de avena
- 1 taza (8 oz.) de yogurt (yo uso el griego de vainilla)
- 3 gotitas de extracto de vainilla (opcional)
- 2 cdas. de pasas o moras secas (opcional)
- 1 cda. de miel o agave (opcional)
- 3/4–1 taza de fresas/manzanas picadas y arándanos
- 3 cdas. de rodajitas de almendras tostadas
Preparación
- Mezcla la leche, la avena y el yogurt en un tazón. Añade la el extracto de vainilla, las pasas y la miel.
- Cúbrelo y ponlo en el refrigerador por una noche.
- A la mañana siguiente, añade la fruta y las almendras encima de la avena. Disfruta con una rebanada de pan integral tostado y tu cafecito.