En sus primeros días en el poder, el presidente Joe Biden no perdió el tiempo en un intento de revertir las políticas de su predecesor, firmando varias órdenes ejecutivas que buscan revocar las políticas que implementó el expresidente Donald Trump.
Las órdenes cubrían una amplia gama de temas, incluidos varios de interés para los católicos, aunque ninguno de ellos se refería al aborto, que ha sido etiquetado por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), como la “prioridad preeminente” para los católicos.
Biden, que es católico, está a favor del aborto, una posición que se opone a la doctrina de la iglesia. Hasta ahora, las órdenes que Biden ha firmado tratan en gran medida temas como la inmigración, la atención médica y el medio ambiente.
Pero una de las acciones ejecutivas está causando controversia entre los líderes católicos porque extiende las protecciones federales para las personas LGBTQ.
Biden emitió un decreto a todas las agencias federales que implementen por completo una decisión de 2020 de la Corte Suprema de los Estados Unidos que encontró que el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 ampara también a las personas por su orientación sexual o identidad de género. El Título VII prohíbe la discriminación basada en raza, religión, origen y sexo.
Varios miembros de la USCCB, incluido el cardenal Timothy Dolan, emitieron una declaración objetando la orden de Biden. En la declaración, los obispos de la Conferencia sostuvieron que la orden tiene graves consecuencias para la libertad religiosa.
En un escrito de amicus curiae (o “amigo de la corte”) que la USCCB presentó antes de la decisión de la Corte Suprema, los obispos expresaron su preocupación por la expansión del Título VII para incluir a la comunidad LGBTQ. “Tal interpretación afectará la capacidad de las iglesias, las escuelas religiosas y las organizaciones benéficas para contratar y retener empleados que, de palabra y conducta, acepten o al menos no contradigan el mensaje religioso de la organización”, reza el escrito.
Otra orden restablece los derechos de las personas transgénero para servir en el ejército de los EE.UU.
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En cuanto a la inmigración, Biden se centró en el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), firmado por primera vez por Barack Obama en 2012. Donald Trump buscó eliminarlo en 2017. DACA permite que los adultos jóvenes que fueron traídos cuando eran niños ilegalmente a los Estados Unidos por sus padres y que continúan viviendo aquí, estén protegidos contra la deportación.
El decreto de Biden ordena al secretario del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos que promulgue medidas “para preservar y fortalecer DACA”. El presidente también está pidiendo al Congreso que apruebe una legislación para proporcionar un camino hacia la ciudadanía para los beneficiarios de DACA, conocidos como Soñadores (Dreamers).
El padre Ruskin Piedra, fundador y director del Centro Juan Neumann, elogió la medida. El centro está ubicado en la Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Sunset Park.
“Creo que el presidente Biden está haciendo algo inteligente en este sentido”, dijo. Según el padre Piedra, Biden está tomando medidas preventivas en caso de que alguien presente una demanda para eliminar DACA y el caso llegue a la Corte Suprema. “El presidente no quiere que este asunto quede en el olvido”, dijo.
En 2020, la Corte Suprema dictaminó que DACA tenía que permanecer intacta porque la Administración Trump no adoptó las medidas adecuadas para desmantelarla. Después de ese fallo, el Centro Juan Neumann se vio inundado de solicitudes de Dreamers que solicitaban el estatus de DACA. “Mucha, mucha gente se puso en contacto con nosotros en busca de ayuda”, dijo el padre Piedra.
Biden revocó una orden de Trump que daba prioridad a erradicar y deportar a los inmigrantes indocumentados.
En lo que respecta al cuidado de la salud, Biden firmó órdenes para acelerar la respuesta del gobierno federal al Covid-19, exigir el uso de máscaras faciales en propiedades federales y en aeropuertos y estaciones de trenes interestatales, y hacer que Estados Unidos se reincorpore a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estados Unidos también se reincorpora al Acuerdo de París después de que Biden firmara una orden autorizándolo. Trump se retiró del acuerdo en 2019. El acuerdo fue firmado por 200 países en 2015 y tiene por objeto aumentar la capacidad de los países para hacer frente a los efectos del cambio climático y lograr que las corrientes de financiación sean coherentes con un nivel bajo de emisiones de gases de efecto invernadero.
El año pasado, las emisiones de EE.UU. estuvieron un 21,5% por debajo de los niveles de 2005. El objetivo del país es lograr una reducción del 26% al 28% para 2025.
Trump sostuvo que el acuerdo era perjudicial para Estados Unidos porque eliminaría 2,7 millones de puestos de trabajo. Los católicos se toman el cambio climático en serio, según la USCCB.
“El cambio climático es una preocupación humana genuina que afecta a todas las personas, y la decisión de unirse al Acuerdo de París es un paso importante en el camino del cuidado del medio ambiente y el respeto por la familia”, dijeron en un comunicado el arzobispo Paul S. Coakley de Oklahoma City y el obispo David J. Malloy de Rockford, Illinois. Mons. Coakley es presidente del Comité de obispos sobre justicia doméstica y desarrollo humano, y Mons. Malloy es presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional.
Sean Callahan, presidente y director ejecutivo de Catholic Relief Services (Servicios de Auxilio Católico), también firmó la declaración. Aunque ninguna de las órdenes iniciales de Biden trató sobre cuestiones provida, los católicos son cautelosos.
“Los católicos y los partidarios provida deberían estar muy preocupados por los planes de la Administración Biden para revocar varias de las fuertes políticas provida que Donald Trump implementó cuando era presidente”, dijo Jerry Kassar, presidente del Partido Conservador del Estado de Nueva York. Jerry Kassar, que es católico, es partidario provida.
Dos temas a los que los católicos estarán atentos son la Enmienda Hyde y la Política de Ciudad de México.
La Enmienda Hyde, que entró en vigor en 1980, es una disposición legislativa que prohíbe el uso de fondos federales (Medicaid) para pagar abortos. Biden se ha comprometido a derogarlo.
La Política de Ciudad de México, implementada en 1985, prohíbe a las organizaciones internacionales no gubernamentales (ONG) que realizan o promueven abortos recibir financiamiento del gobierno de Estados Unidos. Las ONG deben certificar que no proporcionarán estos servicios para calificar para la financiación.
En una sesión informativa en la Casa Blanca, la secretaria de prensa Jen Psaki no ofreció detalles sobre los planes del presidente. “Bueno, creo que tendremos más que decir sobre la Política de Ciudad de México en los próximos días”, dijo a los periodistas.
Pero el Dr. Anthony Fauci, asesor médico en jefe del presidente, dijo al comité ejecutivo de la OMS que Biden planeaba rescindirlo. “Será nuestra política apoyar la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos de mujeres y niñas en los Estados Unidos y en todo el mundo”, dijo el Dr. Fauci, según un artículo publicado por la Casa Blanca.