WASHINGTON—. Se calcula que cerca de 300.000 personas marcharon en la cuadragésimo sexta versión de la Marcha por la Vida el pasado 18 de enero en Washington D.C. pese al cierre de gobierno más extenso de la historia.
Concluidos los discursos de apertura hechos por personalidades invitadas y organizadores de este multitudinario evento, sobre la 1:00 p.m. el gran grupo de participantes que se concentró en el National Mall a la altura de la 7th Street entre las calles Madison Drive y Jefferson Drive, se dirigió hacia Constitution Avenue entre la 12th Street y 14th Street, para dar inicio oficialmente a la marcha.
En el trayecto hacia la Corte Suprema los manifestantes levantaron sus pancartas para hacer un llamado urgente a los legisladores y exigir un revés a la sentencia de 1973 que despenalizó el aborto aduciendo los derechos de la mujer, su privacidad y libertad personal.
Con sátira, reclamos, humor y en todos los tonos posibles el rio de manifestantes conformado por agrupaciones parroquiales, estudiantes de escuelas y universidades, organizaciones pro-vida, grupos de otras afiliaciones religiosas, representantes de diferentes embajadas y grupos de familias que por su cuenta llegaron a marchar; se sumaron en una sola voz para clamar por el respeto al sagrado don de la vida.
Según Christian Rada, Director de los programas de Matrimonio, Formación de Familia y Educación de Respeto a la Vida de la Secretaría de Evangelización de la Diócesis de Brooklyn, cerca de 600 personas de nuestra diócesis participaron tanto en la marcha como en la celebración eucarística en la Basílica Catedral Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción y en otras actividades desarrolladas en el marco de este evento.
“Lo importante aquí es que personas de diferentes creencias se unan para dar testimonio de que la vida es sagrada y que cada persona es única e irremplazable para Dios. Es maravilloso ver a toda esta gente que viene de todas partes de los Estados Unidos para velar por la protección de este derecho”, dijo Rada quien espera que el aborto sea nuevamente penalizado y que esta marcha no sea necesaria nunca más.
Algunos asistentes a la marcha salieron de algunas parroquias en Brooklyn y Queens a tempranas horas de aquel viernes 18 de enero e iniciaron su viaje hacia la capital del país.
En esta ocasión, la diócesis otorgó algunas becas como incentivo para que más feligreses de parroquias en Brooklyn y Queens participaran en esta campaña cuyo alcance ha llegado a Canadá y a 38 estados del país, donde otras marchas se adelantaron para hacer el mismo llamado: respetar la vida desde el momento de la concepción.
“Este momento es muy importante para nosotros y es por eso que anímanos especialmente a los jóvenes a venir” dijo Evelyn Muñoz, del ministerio de jóvenes en la parroquia Santa Teresa en Sunnyside, cuya participación conjunta con la parroquia Reina de los Ángeles sumó 18 personas.
Desafiando las bajas temperaturas y sin importar las once horas de viaje el mismo día, cuando muchos debían atender sus obligaciones laborales o académicas, cientos de feligreses y líderes parroquiales en nuestra diócesis llegaron hasta la capital para hacerse presentes en esta incansable lucha por la vida.