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¿Cuál es el estatus jurídico y el papel del Papa emérito?

CIUDAD DEL VATICANO (Rome Reports)—. Han pasado años de la renuncia de Benedicto XVI, y el gesto que entonces tanto impresionó, ha sido pacíficamente aceptado por todos.

El Papa Benedicto XVI lee su renuncia en latín durante una reunión de cardenales en el Vaticano el 11 de febrero de 2013. En una carta del 5 de febrero de 2018 a un periodista de un periódico italiano, el Papa retirado dijo que había disminuido su fuerza física y se encontraba en medio de una “peregrinación a Casa” interior. (CNS / L’Osservatore Romano)

“Por mi avanzada edad, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”, dijo el papa Benedicto en latín ese histórico 11 de febrero de 2013, al comunicarle al mundo una decisión sin precedentes en la época moderna.

Con la elección de un nuevo Papa, al principio preocupaba la reacción de los fieles al ver juntos a dos sucesores de San Pedro.

Hoy en día la presencia de un Papa emérito en el Vaticano es algo normal. De hecho, una de las primeras decisiones de Francisco fue ir a saludar al Papa emérito, e incluso, cuando nombra nuevos cardenales lo primero que hacen es ir realizar una visita de cortesía a Benedicto.

Ahora que se comprende mejor su figura, sería útil aclararla teológica y jurídicamente para evitar malentendidos.

“El Papa reinante podría hacer una constitución apostólica o, en cualquier caso, un documento de carácter vinculante, un documento jurídico, para definir, delimitar y aclarar las funciones del pontífice emérito”, dice el padre Roberto Regoli, autor del libro “El Pontificado de Benedicto XVI”.

El padre Regoli es biógrafo de Benedicto XVI y dirige el departamento de Historia de la Iglesia de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Para mostrar la novedad de la decisión recuerda que antiguamente cuando un Papa renunciaba volvía a la situación precedente al cónclave, e incluso algunos dejaban de ser cardenales.

“Cuando el Papa terminaba su ministerio, regresaba a su situación anterior, como es el caso de Celestino V, cuyo nombre era Pedro del Morrone, y su estatus el de ermitaño. Cuando años después fuera canonizado, la Iglesia no lo llamará San Celestino V, sino San Pedro del Morrone”, explica el padre Regoli.

Según explica, a lo largo de los siglos algunos papas han reflexionado también sobre la situación del pontífice que renuncia. Lo hizo por ejemplo Pío XII.

“Hay un nuevo cambio en el siglo XX. Cuando Pío XII temía una invasión nazi del Vaticano, preparó su dimisión y dejando las instrucciones de que si lo secuestraban o lo arrestaban, los nazis no se llevarían preso al papa Pío XII sino al cardenal Pacelli. Es una evolución: El Papa no sólo volvería a ser obispo, sino que volvería a ser cardenal”, cuenta Regoli.

El Papa Francisco visita antes de la Navidad, el 21 de diciembre, al Papa emérito de 91 años, en el monasterio de Mater Ecclesiae, donde vive retirado. (CNS/ Medios del Vaticano)

Con Benedicto XVI fue decisivo el hecho de que tras el Concilio Vaticano II, los obispos mayores de 75 años se pueden retirar y pasan a ser “obispos eméritos”.

Benedicto tuvo que decidir en pocos días cuál sería su situación tras la renuncia. Durante los 17 días desde que la anunció hasta que esta entró en vigor, tomó decisiones como que conservaría la vestimenta blanca papal, que residiría en el Vaticano, y que limitaría su actividad pública. Además, explicó teológicamente el sentido de su gesto.

“El Señor me pide que ‘salga a la montaña’ para dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia. Es más, si Dios me pide esto es precisamente para poder seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas”, dijo el Benedicto XVI.

Es la última gran lección del Papa profesor, que está enseñando a sus sucesores en qué consiste el papel del Papa emérito.

Sin embargo, por prudencia, vale la pena que se fije jurídicamente tanto el mecanismo de la renuncia como las prerrogativas y la situación de los futuros papas eméritos.