David Bernstein nació en Nueva York hace 50 años y ha sido un estudioso de la música toda su vida. Ha investigado la música del mundo entero y, gracias a internet, ha logrado aprender un sinnúmero de ritmos y sonidos. A este enriquecimiento también ha contribuido su constante interacción con amigos músicos, especialmente suramericanos, quienes han compartido con él la herencia de la música andina tradicional.
Y es que esa dedicación le ha facilitado a David aprender a interpretar no solo ritmos tradicionales suramericanos sino también música de otros países como China, pues no solo ha estudiado su música, sino los aspectos culturales que la rodean.
David es un conocedor de la riqueza de la historia musical e instrumental y asegura que a pesar de las diferencias culturales estas manifestaciones artísticas no son tan diferentes de país a país. Sin embargo lo ha cautivado la música andina por cuanto, según él, es mucho más rica en sonidos e instrumentos ancestrales que llegan a la gente de una manera muy especial.
Aprender a tocar los instrumentos de viento propios de la música andina le ha costado mucha paciencia, dedicación y práctica por cerca de 4 años, tiempo en el que ha hecho amigos de Perú, Bolivia y otros países de Sur América. Y es que su dedicación es tal que ha tenido que arreglárselas para navegar en diversas web, buscar información y traducir de español a inglés para poder entenderla.
“Yo era un profesional de traje y corbata del mundo corporativo y ganaba mucho dinero, viajaba en helicóptero y trabajaba para una farmaceuta de fama mundial. Yo era muy importante, pero ahora soy feliz”, dice David Bernstein quien encontró su esencia al dedicarse de lleno a la música.
“Este es un comienzo y cuando muchos estudian música no encuentran un lugar donde presentarse. El metro en un lugar donde tú tienes esa retroalimentación directa de la gente y así puedo ir a casa a practicar para mejorar. ¡Ésta es una increíble oportunidad!”, agrega David quien forma parte del dueto Andes Fusion, agrupación que se ha presentado en conciertos en diferentes eventos privados y en parques de la ciudad.
Para David hacer música fue decisión tomada libremente. “Yo podría tener un gran trabajo y hacer muy feliz a mi esposa, pero ahora mismo yo quiero hacer esto y combinar mi negocio con mi música”, asegura mientras sostiene en sus manos un vaso de café que tomará antes de que comience su presentación en la estación de la Calle 74 y la Avenida Roosevelt.
Aunque ya perdió la cuenta de los instrumentos que puede interpretar, David calcula que son como cincuenta, sin contar el piano y diferentes tambores. Sin embargo, su talento que no es exclusivamente como ejecutante, ya que además compone su propia música.
La música inspirada en los Andes es la que más le gusta debido a su larga tradición y la manera cómo ésta logra integrar elementos modernos para dar como resultado estos sonidos tan únicos de su agrupación. Sus interpretaciones son una mezcla de la música ancestral con ritmos que van desde el jazz hasta el rock. “¡Hemos tocado hasta música de Michael Jackson”, recuerda David.