Locales

De Brooklyn a Washington: La Marcha por la Vida

EL VIERNES 22 DE ENERO, cientos de peregrinos de las parroquias de Brooklyn y Queens viajaron a Washington DC para participar en la 44 edición de la Marcha por la Vida.

La primera de estas marchas se celebró el 22 de enero de 1974, en el primer aniversario de la decisión de la Corte Suprema Roe v. Wade que legalizó el aborto en Estados Unidos. En la edición de este año, cientos de miles de peregrinos marcharon bajo el lema “El poder de uno” (The power of one).

La noche antes, en la misa celebrada en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, el Cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York y Presidente del Comité Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, dijo en su homilía:

“¿Para qué hemos venido? Para recuperar la consciencia de que el vientre de la madre es el primer santuario, donde un pequeño bebé —indefenso, inocente y frágil— está a salvo, seguro, alimentado y protegido. ¿Cómo puede nadie estar a salvo, cómo podemos reclamar protección en un santuario en cualquier parte si el primer y más significativo santuario de todos ellos, que es el vientre materno, puede ser invadido y destruido?”

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Leila Shanley, estudiante de tercer año la Escuela Secundaria St. Francis: “Esta es mi oportunidad de luchar por una buena causa. Me siento orgullosa”. Foto: Melissa Enaje

Leila Shanley, estudiante de tercer año la Escuela Secundaria St. Francis, fue una de las peregrinas que viajó desde nuestra diócesis a Washington ese día. Para ella, la marcha tuvo un sabor familiar:

“Fue mi abuela quien me enseñó a defender mis derechos. Es ella la que comenzó as llevarme a marchas y protestas para defender nuestras creencias. Ella está enferma. Ella estaría aquí hoy, pero tiene cáncer y por eso se quedó en casa. Para Leila, como explicó el Cardenal Dolan, la Marcha por la Vida tiene un significado abarcador.

“Esta es mi oportunidad de luchar por una buena causa. Me siento orgullosa, pues mi padre me dio leyó algo del padre James Martin. Él dice que la Marcha Pro Vida no es sólo por los bebés, sino también por los ancianos, por los emigrantes, por todos. Creo que cuando uno ve una injusticia tiene que hacer algo por cambiar la situación. Tenemos el deber de proteger a los demás”.

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Sean Cintrón, seminarista: “Mi madre fue diagnosticada con el virus VIH antes de que yo naciera. Estuvo bajo mucha presión para que no me tuviera. Ella eligió la vida”. Foto: Melissa Enaje

Sean Cintrón, un joven seminarista de Brooklyn participaba por primera vez: “Ser pro vida no es salir un día a marchar, es una cultura, y eso es lo que queremos promover. Tengo amigos que han sido adoptados, y a veces les digo: Yo no me imagino mi vida sin tu amistad. Quisiera conocer a tu mamá y decirle: «Gracias»”.

Para Cintrón, la defensa de la vida desde su concepción es un tema personal: “Mi madre fue diagnosticada con el virus VIH antes de que yo naciera. Estuvo bajo mucha presión para que no me tuviera. Eso fue en 1987 y en esa época uno de cada tres bebés de madres VIH positivas no sobrevivía. De modo que era una decisión muy dura para ella, pero gracias a su fe católica, ella eligió la vida. Y aquí estoy yo, saludable y sin problemas. Y yo le doy gracias a Dios y a mi madre por eso cada día”.

La marcha de este contó con la presencia del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. Era la primera vez que un funcionario de tan alto rango hablaba a los manifestantes de la Marcha por la Vida. El Vicepresidente dijo a los manifestantes: “La vida está ganando de nuevo en Estados Unidos.” Y les prometió: “No descansaremos hasta que restablezcamos una cultura de la vida en nuestra nación”. El Nuncio Apostólico en Estados Unidos, monseñor Christoph Pierre, leyó una carta del Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin: “Su Santidad el Papa Francisco envía un cálido saludo y asegura su cercanía en la oración a los miles de jóvenes de todo Estados Unidos reunidos en la Arquidiócesis de Washington y en la Diócesis de Arlington para la anual Marcha por la Vida”.

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Foto: Melissa Enaje