Biblia

De rodillas

Quedé muy sorprendido al visitar una capilla católica de Brooklyn donde no había reclinatorios. Me pareció extraño, pues prácticamente en todas las iglesias la gente puede ponerse de rodillas en los momentos más solemnes de la ceremonia. Y los participantes lo hacen con toda regularidad. Esto me llevó a pensar sobre el sentido de arrodillarse, ya que en ningún lugar o reunión le dicen a la gente que se arrodille. Ni siquiera ante los poderosos políticos. ¿Qué puede significar esta postura?

 

Es una de las prácticas más frecuentes y de mayor trascendencia en las comunidades cristianas. La posición física forma parte de nuestra comunión diaria con Dios. Postrarse es entonces un reconocimiento de la autoridad de Dios sobre nuestra vida, de sumisión a Él. Y lo más propio en la adoración a Dios es bajarse, inclinarse, hacerse chico, humillarse delante de Él.

Pero, ¿cuándo comenzó esta práctica? ¿Cuáles fueron sus orígenes? La Biblia nos ilumina con los muchos ejemplos que encontramos en ella.

Abraham lo entendió muy bien, cuando ante la presencia de los tres misteriosos personajes (la divinidad) se postró en tierra. El texto utiliza una palabra hebrea que debe entenderse como adoración al Señor. Con este sentido aparece por primera vez en el Génesis. Esta palabra, —que puede traducirse como postrarse, bajarse, inclinarse, arrodillarse, humillarse—, se encuentra más de 170 veces en el Antiguo Testamento.

Este acto de inclinarse se hace en reconocimiento de la autoridad humana y sumisión delante de un superior o gobernante real sea príncipe o rey. David se postra delante del rey Saúl. Rut delante del terrateniente Booz. José vio en sueño que las gavillas de sus hermanos se inclinaban ante su gavilla en señal de sumisión. Otros muchos ejemplos más se pueden citar como actos de inclinación y reverencia ante superiores.

La reina Siba se inclinará ante el rey, diciendo: “¡Sólo puedo inclinarme, que siempre cuente con el favor del rey mi señor!”

Hay un caso llamativo en el que el capitán Cornelio se arrodilla frente al apóstol Pedro, pero éste reacciona diciendo: “Levántate, que también yo soy un ser humano”. El acto de arrodillarse o inclinarse también se presenta como muestra de reverencia ante la Divinidad. La adoración puede manifestarse de distintas maneras, como aparece en los versos siguientes.

Lot ante la llegada de los dos ángeles: “Los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer. Lot estaba sentado a la entrada del pueblo. Apenas los vio, salió a su encuentro, se arrodilló inclinándose profundamente”.

El criado de Abraham al permitirle que Rebeca fuera con él: “El servidor de Abraham, se echó por tierra (postrado) adorando a Yahvé”.

Moisés y Aarón ante la Tienda del Encuentro: “Allí se pusieron con el rostro en tierra y se les apareció la Gloria de Yahvé”.

Los salmos, la oración de la Iglesia, invitan a adorar a Dios de rodillas. El salmo 95 dice: “¡Entremos, agachémonos, postrémonos ; de rodillas ante el Señor que nos creó!”

El salmo 99 insiste: “Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡Él es Santo!”

Los evangelios muestran cómo distintas clases de personajes se arrodillan ante el Señor: “Los reyes al ver al Niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron”.

El demonio le dice al Señor: “Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras”.

Un leproso se acercó, se arrodilló delante de él y le dijo: “Señor, si tú quieres, puedes limpiarme”.

Al tener las barcas llenas de peces, Simón Pedro se arrodilló ante Jesús, diciendo: “Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador”.

Cuando Esteban es apedreado de muerte se arrodilló y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”.

En la despedida a la comunidad de Efeso, Pablo se arrodilló con ellos y oró.

Entonces empezaron todos a llorar y le besaban abrazados a su cuello. El Apocalipsis nos dice que los veinticuatro ancianos se arrodillan ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos.

¿Cómo hace Jesús su oración? Momentos antes de ser arrestado Jesús postrándose hasta tocar la tierra con su cara, oró así: “Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí”.

Con tantos ejemplos de adoración de rodillas, uno no se explica el interés de quitar los reclinatorios de las iglesias. Parece que ante la presencia del Señor no deberíamos inclinarnos o rebajarnos. En este caso también la Biblia puede ser una buena orientadora.

¿Cuándo se pone usted de rodillas?