“¿Cuál es el emblema de Israel?” Era la clase de historia y la maestra preguntaba a los niños. No era fácil responder. Pueden saberlo solamente los ciudadanos de Israel o los conocedores de la biblia. En ella se habla de un viejo candelabro hoy vigente en las comunidades judías. Se llama menorá.
La menorá consistía en una lámpara con un eje vertical del que se desprendían seis brazos, tres a cada lado. Era de oro puro, macizo y labrado a martillo. Los seis brazos se curvaban de modo tal que alcanzaran la misma altura que el eje vertical. Fue diseñada por Yahvé, como dice el Exodo:
“Harás un candelabro de oro puro. De su base saldrán seis brazos, tres a cada lado. Harás siete lámparas. De manera que den luz al frente”. (Ex 25,31-37).
La menorá es uno de los objetos más importantes del judaísmo empleados en el culto. Junto con el tabernáculo y el Arca de la Alianza, es uno de sus símbolos más antiguos de Israel. Remonta a la época inmediatamente posterior a la salida de Egipto, cuando las doce tribus al mando de Moisés acamparon al pie del monte Sinaí para recibir los Diez Mandamientos. Y se usaba en la liturgia diaria.
“Aarón mantendrá la lámpara de la mañana hasta la tarde… El colocará las lámparas sobre el candelabro puro que permanece ante Yahvé”. (Lev 24,3).
Además de las menciones de la biblia, se conservan desde la antigüedad varias representaciones de la menorá. Una de ellas aparece en el bajorrelieve del Arco de Tito, en la Via Sacra del Foro Romano, construido en el año 82 para conmemorar la toma de Jerusalén. Dicha representación muestra el triunfo del vencedor, donde los soldados portan un candelabro de siete brazos. La menorá, usada como señal de judaísmo en sinagogas y lápidas desde la antigüedad, es uno de los símbolos del moderno Estado de Israel y aparece de manera destacada en su escudo desde 1948.
Varias interpretaciones se han dado al candelabro de siete brazos. Es posible que simbolice la zarza ardiente percibida por Moisés cuando cuidaba las ovejas de su suegro en el Monte Horeb. Isaías, por su cuenta, en una profecía describe los brazos del candelabro, son los siete Espíritus de Dios.
“Y sobre él reposará el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor”. (Is 11,2).
Zacarías tuvo una visión en la que sus siete lámparas representan simbólicamente a Dios mismo que protege a su pueblo Israel:
“Estas siete lámparas son los ojos de Yavé que miran por toda la tierra”. (Zac 4,6).
Otros autores ven al candelabro de los siete brazos como “el símbolo de la palabra de Dios”, su luz, aquella de la “santa iluminación”, es decir, del “espíritu de la verdad”. El último libro de la biblia hace una alusión singular:
La ciudad no necesita luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero. (Ap 21,23).
Las lámparas de la menorá estaban ubicadas al final de cada brazo. Eran encendidas diariamente. Se empleaba el más puro aceite de oliva, cambiado a diario para mantener vivas sus luces.
¿Le sirve a usted la menorá como recuerdo de su oración diaria?