Cientos de fieles devotos del Cristo Negro de Esquipulas residentes en el área triestatal asistieron a la solemne celebración eucarística anual en su honor el pasado 7 de enero en la Catedral de San Patricio en Nueva York.
Durante los últimos 14 años esta celebración ha convocado especialmente a feligreses guatemaltecos así como a hondureños, nicaragüenses, salvadoreños y mexicanos en torno a la profunda devoción al milagroso Señor de Esquipulas.
El celebrante de la misa, oficiada mayormente en español, fue el Arzobispo de Santiago de Guatemala, Mons. Oscar Julio Vian Morales, SDB. Los diáconos Luís Sandoval y Jorge Castillo lo asistieron como diácono del altar y diácono de la Palabra respectivamente. Esta celebración es organizada por la Hermandad Arquidiocesana del Señor de Esquipulas en Nueva York y cuenta con la colaboración del Ministerio Hispano de la Arquidiócesis de Nueva York y el Consulado General de Guatemala en Nueva York.
“Este momento es de grandiosa felicidad porque hemos trabajado arduamente para enaltecer a nuestro querido Señor de Esquipulas con esta celebración litúrgica llena de colorido y de costumbrismo tan elegante y tradicional de nuestros pueblos mayas, ladinos y garífunas”, dijo Nineth Pinzón, integrante de la hermandad.
La celebración empezó con la peregrinación del Cristo Negro que avanzaba hacia el altar animada por un grupo de música tradicional guatemalteca.
En su homilía, Mons. Oscar Vian Morales dijo: “Jesús en la cruz, el Cristo de Esquipulas, el Cristo que está siempre con los brazos abiertos para recibirnos, para darnos todo su amor, toda su vida pero al mismo tiempo para recibir de nosotros ese amor. Jesús nos dice ‘Yo te amo’ y yo le respondo, pero esa respuesta no va directamente al Señor sino a través del prójimo”.
“Nos cuesta mucho ver a Jesús en el humilde, en el sencillo, en el desnutrido, en el que necesita de nosotros. Es allí donde tenemos que demostrarle nuestro amor a Él […] Empecemos en nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestro barrio, en nuestra ciudad con los que están cerca. Lo repite constantemente el papa Francisco, que hemos de demostrar el amor a Dios con las obras, con el ejemplo, con lo que son y con lo que tienen”, agregó el prelado.
Al final en su homilía Monseñor Vian Morales agradeció a todos su asistencia, así como a los sacerdotes presentes y a los funcionarios diplomáticos que participaron del servicio litúrgico.
Por su parte el diácono Jorge Castillo asegura que ésta es siempre una oportunidad “especial porque la Catedral de San Patricio es el centro del catolicismo en la ciudad y en el estado de Nueva York. Varios papas han venido y han besado ese altar, así que es un honor que se recibe con humildad, besar el altar donde estuvieron en cuerpo presente San Juan Pablo II y San Juan XXIII”.