CIUDAD DEL VATICANO (CNS)—. A raíz del informe del gran jurado sobre el abuso sexual del clero en seis diócesis en Pensilvania, un portavoz del Vaticano calificó los abusos descritos en el informe como “criminales y moralmente reprensibles”.
“Las víctimas deben saber que el Papa está de su lado. Los que han sufrido son su prioridad, y la iglesia quiere escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye las vidas de los inocentes”, expresó Greg Burke, jefe de la Oficina de prensa del Vaticano, en una declaración escrita publicada este 16 de agosto.
“Esos actos fueron traiciones de confianza que despojaron a los sobrevivientes su dignidad y su fe. La iglesia debe aprender lecciones duras de su pasado, y debe exigir responsabilidad tanto a los abusadores como a los que permitieron que ocurriera el abuso”, escribió.
“La Santa Sede condena inequívocamente el abuso sexual de menores”, dijo Burke, y por tanto “alienta a continuar la reforma y la vigilancia en todos los niveles de la Iglesia Católica, para ayudar a garantizar la protección de menores y adultos vulnerables”.
“La Santa Sede también quiere subrayar la necesidad de cumplir con la ley civil, incluidos los requisitos obligatorios de denuncia de abuso infantil”, agregó.
La declaración, enviada en italiano con traducciones no oficiales en inglés y en español, se produjo después de que el fiscal general de Pensilvania realizara una conferencia de prensa el 14 de agosto para anunciar un informe de 900 páginas detallando décadas de abuso sexual infantil por 301 sacerdotes, que causaron más de 1.000 víctimas.
En respuesta al informe, dijo Burke, “hay dos palabras que pueden expresar los sentimientos que despiertan estos horribles crímenes: la vergüenza y el dolor”.
“El Santo Padre entiende bien cuánto pueden estos crímenes sacudir la fe y el espíritu de los creyentes y reitera el llamado a hacer todo lo posible para crear un entorno seguro para menores y adultos vulnerables en la iglesia y en toda la sociedad”, finalizó el portavoz.