MIENTRAS LA PROPUESTA republicana para deshacerse y reemplazar el plan de salud conocido como Obamacare quedaba estancada en el Congreso, comenzaba la controversia en el Comité de Inteligencia del Senado tras las declaraciones del director del FBI aseverando que su agencia estaba investigando un informe de agencias de inteligencia que asegura que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó influir en las elecciones estadounidenses a favor de Trump.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) publicó un informe que señalaba que el plan republicano que reemplazaría al Obamacare dejaría sin cobertura médica a más de 14 millones de personas en 2018, y unos 24 millones adicionales en 2026 – en su mayoría personas de la tercera edad que no podrían financiar los nuevos costos.
El proyecto de ley limitaría el programa Medicaid, poniendo en peligro la cobertura médica de unos 11 millones de personas beneficiadas bajo la expansión de dicho programa, según la CBO. Además, aumentaría las opciones en el mercado privado de seguros médicos pero con mínima participación del gobierno, daría marcha atrás a los incrementos de impuestos para los de clase pudiente que pagaban la expansión de cobertura contemplada por el “Obamacare”, según los estatutos principales de la propuesta.
Gobernadores republicanos expresaron su oposición a la propuesta insistiendo en que millones de sus constituyentes quedarán excluidos y que se obligará a los estados a pagar por su cobertura médica, según reportara Prensa Asociada. En la Cámara Baja del Congreso, los propulsores del plan no lograron conseguir los votos necesarios para aprobarlo y se discutían enmiendas de última hora.