Desde Roma

Finanzas vaticanas enfrentan un año difícil

Aunque el Vaticano se enfrenta a años difíciles debido a las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, no existe peligro de un incumplimiento de pago, dijo el prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano.

En una entrevista con Vatican News publicada el 13 de mayo, el padre jesuita Juan Antonio Guerrero, prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, negó los informes que afirman que un análisis interno entregado al papa Francisco coloca el déficit anual del Vaticano en riesgo de aumentar un 175%.

“El Vaticano no está en peligro de incumplimiento”, afirmó el padre Guerrero. “Eso no significa que no estamos nombrando la crisis como lo que es. Ciertamente estamos enfrentando años difíciles”.

El periódico italiano Il Messaggero publicó el 10 de mayo lo que afirmó era un análisis interno entregado al Papa durante una reciente reunión con los jefes de la Curia romana. Los documentos destacaron escenarios que iban del mejor al peor de los casos si los ingresos seguían disminuyendo drásticamente.

El artículo también afirmaba que el Papa les aconsejaba que fuesen frugales, que suspendieran la contratación de nuevos empleados, eliminaran costos prescindibles y que viajaran ni organizaran nuevas conferencias.

Cuando se le preguntó sobre esta reunión con el Sumo Pontífice, el padre Guerrero afirmó que el Vaticano está decidido a “encontrar una manera de asegurar nuestra misión” y determinar “qué es y qué no es esencial”. Sin embargo, “nuestra economía no puede medirse por completo simplemente en términos de déficit o costo”.

“No somos un negocio, no somos una compañía”, explicó. “Nuestro objetivo no es obtener ganancias. Cada dicasterio, cada organismo realiza un servicio. Cada servicio tiene costos asociados. Nuestro enfoque debe ser de máxima sobriedad y máxima transparencia. Nuestro objetivo final es la misión”.

Como la iglesia lleva a cabo su misión gracias a las ofrendas de los fieles, dijo, el Vaticano debe “administrar nuestras finanzas con la pasión y diligencia de un buen cabeza de familia”.

Sin embargo, “hay tres cosas de las que no hay lugar a dudas, ni siquiera en este momento de crisis: los salarios de los empleados, la ayuda para las personas en dificultades y el apoyo a las iglesias necesitadas. Ningún recorte afectará a los más vulnerables”, aclaró.

La iglesia, agregó el padre Guerrero, no “vive para equilibrar los presupuestos” y confía “en la generosidad de los fieles”. Sin embargo, la iglesia también debe hacer lo suyo para “mostrar a quienes nos donan parte de sus ahorros que su dinero está bien empleado”.

“Muchos católicos alrededor del mundo están dispuestos a donar para ayudar al Santo Padre y la Santa Sede a cumplir su misión”, dijo. “Es a ellos a quienes debemos mostrar una contabilidad”.

El jefe de la Secretaría de Economía también señaló que las finanzas del Vaticano son comparativamente inferiores a las de otros países e incluso “inferiores a la de una universidad estadounidense promedio, por ejemplo. Esto es una realidad que a menudo se ignora”.

“Entre 2016 y 2020”, dijo, “tanto los ingresos como los gastos han sido constantes: los ingresos, en el orden de los 270 millones (euros), y los gastos promediaron alrededor de 320 millones, dependiendo del año”.

Con respecto a los mejores y peores escenarios para las finanzas vaticanas, el jesuita agregó que “el escenario más optimista estima una disminución del 25% en los ingresos”, mientras que “el más pesimista (calcula promedios de) alrededor del 45%”.

Una fuente importante de ingresos, dijo, proviene de los Museos Vaticanos que, como todos los museos en Italia, “están cerrados en estos momentos y probablemente enfrentarán dificultades por la lenta recuperación”.

“Ya habíamos decidido, al aprobar el presupuesto de este año, que los gastos deberían reducirse para disminuir el déficit”, explicó.

“Tanto el escenario optimista como el pesimista depende en parte de nosotros, de cuánto podremos recortar costos, y en parte de factores externos, de cuánto disminuirán realmente los ingresos, lo que no siempre depende de nosotros”, dijo el padre Guerrero. “En cualquier caso, a menos que haya algún ingreso extraordinario, está claro que el déficit aumentará”