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BROOKLYN—. La hermana Lucy Méndez, PCM, ha sido la directora de educación religiosa en la parroquia de San Bartolomé en Elmhurst desde 2012, pero desde el principio, durante su tiempo allí, sintió ganas de hacer algo más que trabajar a tiempo completo como DRE y participar en la vida de su comunidad, las Predicadoras de Cristo y María, quería obtener un título universitario.
Ella le confió este sueño al padre Rick Beuther, párroco de San Bartolomé, quien le ofreció todo su apoyo y, en 2014, se inscribió en St. Francis College, en Brooklyn Heights, con una beca completa. Este pasado mes de mayo, después de cinco años de estudio, se graduó de Licenciada en psicología con una especialización en estudios religiosos.
Como todos los estudiantes que recibieron sus diplomas de graduados durante esta temporada, la Hna. Lucy tiene una historia especial. Pero la suya se destaca por algunas razones: tiene 35 años, mucho más que la mayoría de los estudiantes universitarios, es monja y trabajó a tiempo completo mientras cursaba sus estudios.
Ahora, además, no quiere perder el impulso, y continuar para obtener una maestría en consejería y teología. No es solo para su propia satisfacción, sino para ayudar mejor a los demás.
La Hna. Lucy quiere usar sus conocimientos de psicología para ayudar a los estudiantes y padres con los que trabaja en educación religiosa. “Quiero ir a prestar mi servicio a cualquier lugar donde pueda ayudar mejor a otros a reconocer su dignidad. En eso consisten mi vocación y mi fe”, dijo.
“En mi primer año tuve mi primera clase de psicología general y me enamoré de ella. Fue como un llamado. Cuando comencé a aprender más sobre psicología y conocerme a mí misma, me di cuenta de la conexión entre la mente y el cuerpo humanos y mi deseo de ayudar a los demás”, cuenta la Hna. Lucy.
El camino que la trajo a Brooklyn y Queens comenzó en Colombia, su país natal, cuando a los 16 años se sintió llamada a la vida religiosa.
“Estaba sentada frente al Santísimo Sacramento, leyendo la historia de Jeremías, y empecé a llorar, pensado igual que el profeta Jeremías hizo ante Dios, que era demasiado joven y no sabía cómo hablar “, recuerda. “Pero fue como si Él me estuviera hablando, recordándome que Él siempre estará conmigo. Me quedé sin palabras, rendida, preguntándome ¿cómo seguir resistiéndome a ti, mi Dios?”.
Después de terminar la escuela secundaria y cursar dos semestres en una universidad en Colombia, se unió a las Predicadoras de Cristo y María en 2005.
“Fue un viaje espiritual intermitente, durante el que seguía pensando ¿qué pasaría si me volviera vieja sin acabar de decidirme a ser monja? Así que decidí al menos intentarlo”, dijo.
La Hna. Lucy llegó a la Diócesis de Brooklyn en 2008 como novicia. Estudió inglés en la Universidad de St. John’s, en Jamaica, y durante ese tiempo, comenzó a ayudar con los programas de educación religiosa y RICA (Rito de Iniciación Cristiana de Adultos) en la Iglesia del Santísimo Sacramento, en Jackson Heights.
Finalmente, se mudó a San Bartolomé, donde, bajo su supervisión, el programa de DRE aumentó de poco más de 250 participantes cuando comenzó a más de 1,000. Entre su trabajo y sus estudios universitarios, sus días han estado repletos de actividad. Su rutina diaria incluía la oración matutina, las clases, el trabajo parroquial y el estudio nocturno. Normalmente hacía el viaje de una hora a St. Francis tres veces por semana.
El fruto de todo este lo cosechó el pasado 23 de mayo, durante la ceremonia de graduación de St. Francis en Coney Island. “Ha sido un viaje increíble”, dijo. “A mi edad, era un hermoso sueño que se hizo realidad”.
Su consejo para los hermanos y hermanas religiosos que desean continuar su educación es: “Sigue soñando, continúa creyendo en Dios y cumpliendo su voluntad, confía en Él, solo entrégate a Dios y Él te ayudará y guiará. Fue a través de Dios, con su ayuda y gracia, que pude estudiar, ser parte de St. Francis College, y conseguir graduarme. Simplemente pon tus sueños en sus manos, y todo se hará realidad”.