Cada domingo a las seis de la tarde en la parroquia Nuestra Señora del Refugio, en Midwood, los feligreses se reúnen para participar de la Eucaristía celebrada por la Comunidad Jesuita de Crown Heights, cuyos miembros sirven en diferentes parroquias de la Diócesis de Brooklyn.
Mass@Six —o Misa a las 6— surgió como una propuesta para congregar principalmente a los adultos jóvenes en un horario al que fácilmente asistirían. El proyecto tomó forma luego de que el padre Michael Perry, párroco emérito de esta iglesia, invitara a la orden a liderar la iniciativa.
La sorpresa once meses después es que latinos, afroamericanos, caribeños, norteamericanos y asiáticos de todas las edades acuden a esta misa para empezar de la mejor manera una nueva semana.
El padre Kenneth Gavin, vicesuperior de la comunidad jesuita, celebra que aunque en un principio esta misa haya estado pensada para los jóvenes, se haya convertido en una eucaristía familiar y multiétnica donde la juventud se siente más que bienvenida.
Además de la celebración litúrgica, Mass@Six incluye un momento de integración donde toman refrescos y bocadillos mientras comparten reflexiones de la homilía o simplemente hablan de un tema de actualidad o de cualquiera de su interés. Sin embargo, esta llamada hora social fue suspendida hasta que acabe el verano pues muchos están tomando vacaciones.
“El futuro de la Iglesia y del mundo depende de la juventud. Es importante trabajar para que esos jóvenes asuman posiciones de liderazgo y un papel más activo dentro de la Iglesia”, dice el padre Ralph Rivera, S.J. al referirse a la importancia de congregar a jóvenes feligreses.
El padre Ralph comenta que durante el año Mass@Six puede ofrecer pequeñas variaciones como en la pasada Cuaresma —como en esta época del año anochece más temprano, iluminaron el altar con velas y apagaron las luces creando un ambiente propicio para el recogimiento.
La iniciativa buscar reflexionar sobre la vida, reconocer nuestros dones, admirar cómo Dios se manifiesta en el mundo que nos rodea y prepararnos para una nueva semana en un espacio de oración con Jesuitas de Brooklyn.
“La gente ha respondido con mucha alegría y su presencia es más frecuente cada domingo. Comencé a venir desde septiembre y el grupo era un poco más pequeño pero cada mes aumenta, así que creo que la respuesta ha sido muy positiva. Nos conectamos mucho con los sermones de los sacerdotes”, dice Teresita Prieto, una feligrés de origen mexicano que participa activamente en diferentes ministerios de esta parroquia.
También Manuel Castro, vecino de esta iglesia por veinte años, destaca la diversidad cultural que enriquece a la comunidad de Nuestra Señora del Refugio y asegura que “los padres jesuitas tienen una tradición muy arraigada en las poblaciones y comunidades inmigrantes así que todos nosotros les damos la bienvenida”.