CIUDAD DEL VATICANO (Por Carol Glatz/CNS)—. En su encuentro con las líderes de las órdenes religiosas femeninas del mundo, el papa Francisco les indicó que enviaran a las hermanas a asignaciones que sean realmente de servicio a la iglesia y a los necesitados, y que no acepten ser “sirvientas”.
“Ustedes no se hicieron religiosas para convertirse en la mucama de un sacerdote”, dijo a unas 850 superioras generales en Roma en su asamblea plenaria.
Hay muchas formas de servir que son necesarias, ya sea en la administración o cuidando y realizando labores domésticas para los necesitados, afirmó el pontífice el 10 de mayo en el aula Pablo VI del Vaticano.
Pero ser “sirvienta, no”–subrayó–. “Ustedes deben ayudar al respecto” porque aunque la iglesia esté tratando de detener ese tipo de abusos, sigue siendo la superiora general quien toma la decisión sobre estas peticiones.
El papa hizo estos comentarios al reunirse con quienes participaron del 6 al 10 de mayo en la plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), la cual representa a más de 450,000 hermanas en más de 100 países. La reunión facilitó charlas, talleres, reflexiones y discusiones sobre diferentes tópicos, incluyendo el diálogo interreligioso, experiencias interculturales, tanto cuidado de niños como del planeta y el futuro de la vida religiosa.
El papa, quien habló de modo improvisado y respondió a preguntas, estaba sentado en una mesa de madera al frente del salón y al lado de la hermana Carmen Sammut, superiora general de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África y presidenta saliente de la UISG. Antes de leer su discurso, dijo bromeando que nunca se imaginó estar “sentada a la derecha del padre”.
Seguidamente le agradeció al papa por ser una fuente de inspiración y ayudar a la iglesia a luchar contra el abuso a menores y personas vulnerables.
“También estamos agradecidas por haber enfrentado el doloroso tema del abuso a religiosas”, dijo, haciendo hincapié en que muchas formas de abuso ocurren a nivel mundial, incluso hay casos de religiosas que abusan de sus compañeras monjas.
Las conferencias nacionales de órdenes religiosas “están encarando este flagelo con coraje y determinación”, dijo al escuchar ciertas iniciativas de UISG para ayudar a las congregaciones en lo que se refiere a concientización, entrenamiento de superioras y establecimiento de protocolos y códigos de conducta.
El papa dijo que estaba muy consciente del abuso a religiosas, calificándolo como “un serio y grave problema”.
Algunas religiosas no solo enfrentan el abuso sexual –dijo– sino también el abuso de poder y conciencia.
“Tenemos que luchar contra esto”, lo que debe contemplar que las superioras generales se aseguren que envían a sus miembros donde estarán brindando servicio, no como servidumbre, dijo el pontífice.
Luchar contra el abuso, continuó, ha sido un proceso lento, especialmente cuando vemos que recién ahora es que la gente está entendiendo el problema con “mucha vergüenza”.
Dijo que comprendía a algunos grupos de víctimas que no estaban satisfechos con los resultados de la cumbre de febrero en el Vaticano sobre la protección de menores y adultos vulnerables, “pero si hubiéramos colgado (a muerte) a 100 sacerdotes abusadores en la Plaza de San Pedro, todos estarían felices, pero no se habría resuelto el problema”.
La hermana Sammut agradeció al papa por haber aceptado el pedido de UISG, durante su última asamblea plenaria en 2016, de establecer una comisión oficial para estudiar las diaconisas en el Nuevo Testamento y si las mujeres podrían ser admitidas al diaconado. El papa les dijo a los reporteros el 7 de mayo que la comisión no llegó a una conclusión unánime en cuanto a que si las diaconisas en la iglesia primitiva eran “ordenadas” o formalmente “consagradas”.
El pontífice les dijo a las religiosas que la comisión, conformada por expertos, hombres y mujeres, solo pudo estar de acuerdo hasta cierto punto, y que estaba oficialmente entregando a la hermana Sammut los resultados que alcanzaron por unanimidad.
El papa señaló que cada miembro de la comisión realizó un resumen con sus propias opiniones en informes separados, pero para un entendimiento se necesita un análisis más detallado “porque no puedo hacer un decreto sacramental sin una fundación histórica y teológica”.
Al responder a preguntas de la audiencia, trató con mayor detalle que la compleja y difícil tarea de hacer sólidos desarrollos y cambios en la iglesia sigue fiel a la voluntad y revelación de Dios.
“No podemos cambiar la revelación. Es verdad que la revelación se desarrolla” porque está en “constante movimiento para ir haciéndose más clara”, dijo.
El entendimiento humano de lo que es moral también cambia y evoluciona con el tiempo, agregó. Por ejemplo: la evolución de las enseñanzas de la Iglesia Católica en contra de la pena capital dieron lugar a que el papa Francisco revise el Catecismo de la Iglesia Católica para afirmar que la pena de muerte era inadmisible e inmoral.
Eso no es lo que la iglesia enseñaba hace 50 años, dijo para luego preguntar si la nueva revisión significaba que la iglesia había cambiado. “No. La conciencia moral evolucionó” y crece mientras la verdad sigue siendo la misma –subrayó.
Lo cual significa que lo que se proponga hoy –ya sea en relación a la enseñanza moral o a las diaconisas– siempre tiene que estar en armonía con la revelación, dijo.
“En cuanto al diaconado, tenemos que ver lo que era al inicio de la revelación. Y si había algo, dejemos que crezca; si no había nada, si el Señor no quería un ministerio sacramental para las mujeres, entonces no estamos de acuerdo. Ahí está por qué cambiamos la historia”, dijo.
El diálogo y el discernimiento son parte importante de este proceso, explicó, porque “sabemos lo que es la verdad”, pero la gente necesita analizar y decidir cómo va a crecer constantemente en la verdad en el mundo de hoy.
“Necesitamos discernimiento”, dijo. “Nada es blanco y negro, ni siquiera el gris. Todo está evolucionando”, moviéndose a través del tiempo y la gente necesita transitar a la par, pero “en el camino correcto” de la revelación. “No podemos caminar en ningún otro sendero”.
“Somos católicos. Si alguien quiere hacer otra iglesia, tienen la libertad de hacerlo”.
Antes de la reunión de una hora y la sesión de preguntas y respuestas, el papa hizo pública la más reciente campaña de Talitha Kum —la red internacional de UISG de personas consagradas que luchan contra el tráfico de personas.
La campaña, “Monjas sanando corazones“, coincide con el 10 aniversario de la fundación de la red.
Está entre más de una docena de redes que las superioras generales han formado para educar y alertar a las potenciales víctimas de tráfico, para trabajar con el fin de combatir la pobreza que alimenta el comercio de seres humanos, además rescatar y brindar albergue y rehabilitación a víctimas.