Biblia

¿Qué es un yugo en la Biblia?

“Carguen con mi yugo. Mi yugo es suave”. Estas palabras de Jesús causan extrañeza a todos. Sobre todo, a los campesinos familiarizados con ver una yunta de bueyes unidos por un yugo.

¿Qué querrá decir el Señor con eso del yugo? Habrá que volver a leer la Biblia para descubrir el sentido de yugo.

Se puede definir yugo como un armazón que se coloca sobre el cuello de dos animales para que tiren de un arado o de una carreta. De esta palabra se transmite la idea de “uncir; juntar; unir entre sí”.

En la Biblia puede designar un “par” (dos burros. Jue 19,3): una “yunta” (Eliseo se alejó de la yunta de bueyes, 1Re 19,19) o una “yugada”, la medida de tierra.

También significa “vara”, con que los levitas trasladaron a hombros el Arca de Yahvé. (1Cro 15,15), o “percha” con el que una persona transportaba mercancías sobre los hombros, distribuyendo equitativamente el peso en ambos extremos de la barra.

La palabra yugo además tiene el sentido figurado, como llevar cargas. Para los esclavos el yugo representaba apropiadamente su condición de opresión, sufrimiento.

Ustedes son ahora malditos, serán esclavos para siempre, partirán leña y traerán agua para la Casa de mi Dios. (Jos 9,23).

¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo. (Isa 58,6-9).

Expresa la sujeción a otra persona, a un gobernante o una nación:

A Roboán le dijeron: Tu padre nos impuso un duro yugo. Si nos liberas de esos trabajos forzados, de ese pesado yugo. (1Re 12,4).

Un yugo de hierro denotaba una esclavitud más severa que un yugo de madera.

Ellos pondrán sobre tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruyan del todo. (Dt 28,48).

Del mismo modo, quitar el yugo significaba liberación de la opresión. Así se representaba la libertad de la “casa de la esclavitud” en Egipto:

Rompí el yugo para que salieran ustedes. (Lv 26,13).

Cuando la ciudad de Jerusalén cayó ante el rey Nabucodonosor, sus habitantes quedaron bajo el yugo pesado de Babilonia.

Tú hiciste caer tu pesado yugo. (Is 47,6).

Si bien es cierto que tanto las personas como las naciones han oprimido a sus semejantes, Dios nunca ha impuesto un yugo opresor sobre sus fieles siervos. La Ley que Dios dio a la nación de Israel era un yugo, puesto que los colocaba bajo obligaciones y responsabilidades para con Él.

Este fue el argumento de Pedro al mostrar que no era necesario imponer a los cristianos gentiles la obligación de observar la “ley de Moisés”.

¿Por qué quieren poner sobre el cuello de los discípulos un yugo que nuestros padres no fueron capaces de soportar, ni tampoco nosotros? (Hc 15,10).

En tiempos de Jesús, los judíos se hallaban bajo el yugo de la Ley mosaica y, además, cargados con muchas tradiciones de hombres. El Señor se lo explica y recrimina a los escribas y fariseos:

Atan cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de los hombres. (Mt 23:4).

En la sociedad judía, el pueblo estaba sometido a muchas cargas o yugos. De ahí que se entienda su obra misericordiosa, al decir:

Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana. (Mt 11,29-30).

Meditando estas palabras, podemos entender mejor al Señor cuando nos habla de su yugo. Se trata de someterse uno mismo a la autoridad y dirección de Cristo como discípulo suyo.

¿Cómo vive usted el yugo del Señor?