Cuando llega el mes de octubre,
voy al huerto de mi casa,
y busco con alegría
tres o cuatro calabazas…
Es la primera estrofa de una canción infantil que marcó, desde muy temprana edad en mi vida, mi profundo amor por esta hermosa época del año y por las calabazas.
La calabaza es el símbolo oficial del tiempo de la cosecha y se come usualmente en el
otoño y los primeros días de invierno. En Estados Unidos y Canadá, la tarta de calabaza tradicionalmente adorna las mesas familiares donde se celebra la cena del Día de Acción de Gracias y la Navidad.
La tarta consiste básicamente en una mezcla cremosa de calabaza molida y especias, que varía en colores desde el anaranjado hasta el marrón, tal y como se engalanan los árboles en estos días con tonalidades espectaculares. ¿Creen que estoy perdidamente enamorada de este delicioso postre? La respuesta es: ¡claro que sí! Por este motivo, hago una pausa alimenticia en estos días para dar rienda suelta a mi paladar, aunque tomando en cuenta siempre que una porción es suficiente para satisfacer el gusto.
Secreto de cocina: mezcla el puré de calabaza en una batidora por un minuto antes de proceder con las instrucciones de la receta. A pesar de que la calabaza enlatada ya viene en forma de puré, siempre contiene trazos de fibras. Batirlo por un minuto te ayudará a obtener una textura final suave y aterciopelada.
INGREDIENTES
(para un pastel de 9 pulgadas de diámetro)
• 1 borde de tarta sin hornear de 9 pulgadas
• 15 onzas de puré de calabaza enlatada (unas 2 tazas)
• 1/2 taza de azúcar granulada
• 1/2 taza de azúcar morena compactada
• 1/2 cdta. de sal
• 2 cdtas. de canela
• 1 cdta. de jengibre molido
• 1/4 cdta. de nuez moscada
• 1/8 cdta. de clavo molido o especias mezcladas (“all-spice”)
• 3/4 taza de leche
• 3/4 taza de nata espesa (heavy cream)
• 3 huevos grandes
• 1 cdta. de extracto de vainilla
Preparación
- Precalienta el horno a 425°F. Desenvuelve el borde sin hornear de la tarta y transfiérelo a un molde redondo de 9 pulgadas de diámetro. Pellizca los bordes que sobresalen del molde para darle una forma peculiar de adorno. Enfríalo por 30 minutos mientras que el horno se calienta.
- Forra el interior del borde de la tarta con papel de aluminio o papel de pergamino y coloca pesas de hornear o frijoles secos sobre el papel. Hornea sobre una bandeja plana hasta que los bordes comiencen a broncearse, unos 12-15 minutos. Remueve las pesas o frijoles y vuelve a hornear el borde por otros 5 minutos. Remuévelo entonces del horno y déjalo reposar cerca de la estufa.
- Mientras el borde se hornea, prepara la crema de calabaza. Mezcla el puré, el azúcar granulada, el azúcar morena y las especias en un procesador de alimentos o una licuadora. Bate continuamente hasta que el azúcar morena se haya disuelto completamente en la mezcla y el puré tenga un aspecto lustroso.
- Transfiere el puré a una olla y caliéntalo a fuego medio-alto batiéndolo frecuentemente hasta que observes que el vapor comienza a salir del puré. Bátelo entonces constantemente hasta que la mezcla comience a hervir, unos 5 minutos en total.
- Apaga el fuego, añade la leche y la nata espesa al puré. Bate los huevos y añádelos lentamente después, batiendo a la vez que mezclas. Añade finalmente el extracto de vainilla hasta que todo el batido quede unido.
- Vierte la mezcla sobre el borde de la tarta cuidadosamente hasta que el puré se acerque a los bordes superiores.
- Cuidadosamente, transfiere el molde o la bandeja de hornear al horno y reduce la temperatura inmediatamente a 375°F. Hornea por 50 a 60 minutos —hasta que el puré se infle en el centro pero que todavía se mueva cuando sacudas suavemente la bandeja o el molde. Chequea la tarta cada 15 minutos y cubre los bordes con papel de aluminio cuando comience a tornarse marrón oscuro.
- Deja que la tarta se enfríe antes de servir. Corta la tarta en ocho pedazos y adorna con crema batida o canela. ¡DISFRUTA!