Biblia

Río de agua viva

¿En qué río fue bautizado el Señor?

Has escuchado hablar del Jordán, donde Jesús fue bautizado por el Bautista; pero, ¿había otros ríos en Palestina?

Tanto en su primer como en su último libro, la Biblia menciona poderosos torrentes de agua.

Palestina es un país mediterráneo, semiárido. Durante la mayor parte del año sus ríos y barrancos están secos. Las cosechas dependen de las lluvias primaverales, generalmente escasas y ocasionales. Por ello, Isaac en su bendición ruega:

Que Dios te dé el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra. Gn 27,28.

Los ríos tienen mucha importancia en la vida del pueblo de Israel. Ya en el primer libro de la Biblia se mencionan dos ríos como fronteras de la alianza de Yahvé con Abram.

Yahvé pactó una alianza con Abram diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra desde el torrente de Egipto hasta el gran río Éufrates”. Gn 15,18.

Los ríos servían como protección en las guerras y definían los territorios de reinos e imperios. Así demarcan el reino de Salomón:

Extendió su autoridad sobre todos los reinos, desde el Río Éufrates hasta el territorio de los filisteos y la frontera con Egipto. Su poder se extendía por todo el territorio a este lado del río. 1Re 5,1.4.

Se los menciona en los viajes. El patriarca Jacob huye de su suegro Labán, y cruza con su familia el río Yaboc rumbo a Palestina.

Aquella misma noche Jacob tomó a sus esposas, sirvientas e hijos, y los hizo cruzar el vado de Yaboc. A todos los hizo pasar al otro lado del torrente. Gen 32,23-24.

La Biblia canta la belleza de los ríos.

Tus moradas se estiran como valles, como jardines a orillas de un río, como áloes que ha plantado Yahvé, como cedros a orillas de un curso de agua. Núm 24,6.

El primer día tomarán frutos del árbol hermoso, ramos de palmera, de árboles frondosos y de sauces de río. Lev 23,40.

Con aterradoras metáforas Isaías y Jeremías describen a los poderosos ejércitos del emperador de Babilonia y del Faraón. Las violentas corrientes de los grandes ríos hacían temblar de miedo a los israelitas.

El Señor hará subir contra ellos las aguas embravecidas y profundas del río Éufrates. Is 8,7.

Egipto era el que subía como el Nilo, como torrente de revueltas aguas. Jer 46,8.

Sin embargo, los ríos eran considerados como fuentes de riqueza del país pues con sus aguas estaban aseguradas las cosechas. Así aparece en el primer salmo.

Es como árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y tiene su follaje siempre verde. Sal 1,3.

¡Oh Salomón, qué sabio fuiste en tu juventud, igual que un río desbordabas inteligencia! Sir 47,14.

En numerosas ocasiones la Biblia describe a los ríos como símbolos religiosos, que representan el poder y la magnanimidad de Dios.

La bendición del Señor es como un río que se desborda. Sir 39,22. Quiero que la justicia sea tan corriente como el agua, y que la honradez crezca como un torrente inagotable. Am 5,24. Su Gloria, pues llega como un río encajonado. Is 59,19.

La Biblia comienza describiendo las corrientes de agua, Pishon, Gihon, Tigris y Éufrates (Gen 2,6-10), y termina con el río que fluye del trono de Dios en la Nueva Jerusalén (Ap 22,1-2).

Todo cristiano tiene predilección por un río, el Jordán, donde se bautizó el Señor. Él mismo, luego, hablaría a la samaritana del ”chorro de agua viva, que salta hasta la vida eterna”. Jn 4,14.

¿Piensa usted en la importancia del río de agua viva de Jesús?