Es 1970 en la Colonia Roma, el vecindario de la Ciudad de México donde vemos transcurrir pausadamente, a través de una multitud de pequeños acontecimientos, –intrascendentes algunos, serios otros, memorables y entrañables todos– una etapa en la vida de una familia de clase media: madre, padre, cuatro niños –tres de ellos varones–, abuela materna, y dos sirvientas. Es este pequeño mundo el que el director Alfonso Cuarón (La princesita, Y tu mamá también, Harry Potter y el prisionero de Azkabán, Hijos de los hombres, Gravity) utiliza como gran lienzo para trazar, provocadora y evocadoramente, un amoroso retrato de su infancia que en todos nosotros logra despertar, con tonos y resonancias diversas, recuerdos y añoranzas.
Retrato detallado y minucioso este que la bellísima fotografía en blanco y negro, dirigida por el propio Cuarón, nos descubre: el vecindario, recreado con exquisita fidelidad en sus casas, aceras, vehículos y comercios, en su universo sonoro de canciones, pregones y ruidos; y sobre todo el ambiente familiar, cada rincón de la casa, los cajones de juguetes, los desayunos y las salidas para la escuela, las comedias televisivas disfrutadas en familia y el acostarse y levantarse de los niños, acunados por el cariño sin límites de su “tata”.
Y es que el personaje principal de la película es Cleo, una de las sirvientas mixtecas de la familia, interpretada por Yalitzia Aparicio, maestra de escuela en la vida real en su natal Oaxaca. En ella ha encarnado Cuarón a Liboria Rodríguez (Libo), la “tata” de su niñez, a quien venera y con quien ha mantenido estrecho contacto durante toda su vida. El entorno social y los acontecimientos políticos están presentes en la cinta, pero no son centrales. Cleo sí lo es.
En esta época de afán de emociones fuertes, Roma es una película apacible y serena. Al igual que en la vida, en ella pasan muchas cosas que transcurren sin estridencias, incluso aquellas que más nos tocan el corazón. En esta época de resentimientos, protestas y reivindicaciones, su protagonista, que soporta las tribulaciones sin quejarse, es el arquetipo de mujer bondadosa y noble, fiel a sus valores y entregada con total devoción al cuidado de una familia y unos niños que no son los suyos, pero por los cuales es capaz, sin dudarlo un instante, de arriesgar la vida. Sumisa, dirían unos. Generosa, digo yo.
En su estreno mundial en el Festival de Venecia, Roma ganó el León de Oro a la mejor película, y el premio de la Asociación Católica Mundial para la Comunicación, SIGNIS. Después ha sido merecedora de una larguísima lista de importantes galardones, los más publicitados de los cuales han sido los Globos de Oro a la mejor dirección y la mejor película de habla no inglesa. Muchos pensamos que ganará también el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa.
Roma / México-EE.UU. / 2018 / B&N, 135 minutos / Dirección: Alfonso Cuarón / Intérpretes: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Diego Cortina Autrey, Daniela Demesa, Carlos Peralta, Marco Graf.