Una noche en la estación de Times Square vi a un artista que, aunque no pertenecía al programa Music Under Ground de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), logró emocionarme con su talento. Gonzalo Silva es uno de tantos artistas que se presentan de manera independiente en el metro de en la ciudad que nunca duerme.
Gonzalo nació en Montreal (Canadá) y es egresado del programa de música de la prestigiosa Berklee College of Music. Luego de ver que una reconocida artista del metro de Boston llamada Mary Lou Lord fue firmada por la disquera Sony, decidió que el mejor escenario para lograr exposición, pero sobre todo para compartir su música, sería el metro de la ciudad universitaria por excelencia.
Gonzalo es intérprete, compositor y toca el bajo. Para él el impacto positivo que todos los artistas en las calles del mundo entero tienen en las personas que los escuchan, es su mayor aliciente para hacer lo que hace. Y es que la música ocupa un lugar especial en su vida desde hace muchos años, pues en la secundaria aprendió a tocar el contrabajo y fue luego que empíricamente aprendió las técnicas para interpretar el bajo eléctrico sin cabeza, con el que se presenta actualmente.
Es busker, o músico en la calle, desde 1995 cuando se cargó al hombro su bajo, su amplificador y sus ganas de tocar y de cantar para ir al metro de Boston, mismo equipaje con el que llegó a Nueva York unos años atrás. También los usuarios del metro de Chicago y de su natal Montreal han disfrutado de su música.
En ocasiones Gonzalo ha manifestado que no confía mucho en la industria discográfica y es por esto que ha construido su carrera de manera independiente. Ha grabado varias producciones con sus canciones y aprovecha el metro como estrategia de mercadeo para que la gente lo conozca y se animen a escuchar y descargar en plataformas como Spotify, Apple Music y YouTube las canciones de sus cuatro álbumes: Busker, Impatience, Subterranean Songs y Gonzalo Silva.
Varias han sido las lecciones que la ha dado el metro a este artista. Una, que los usuarios del tren tienden a ser mas solidarios y receptivos en la mañana, y dos, que las mejores estaciones para presentar su música son las subterráneas dada la acústica y la magia que en ellas se encierra.
Para Gonzalo tocar y cantar en el metro no es un pasatiempo, sino su trabajo de tiempo completo y su pasión; algo que ha estado haciendo solo y en compañía de otros artistas pero que confiesa, lo prefiere en solitario.
Sus composiciones abarcan géneros como Pop y Pop Underground, y las letras son en su mayoría el reflejo de sus vivencias, aunque algunas de ellas hayan nacido de la inspiración creativa de su sensibilidad artística.
Sus redes sociales están llenas de elogios de sus admiradores y hasta de videos, algunos con más de 2.500 vistas, donde usuarios del metro que han escuchado en vivo sus interpretaciones, se animan a cantar y a bailar.
Para él sus aspiraciones profesionales han cambiado, antes esperaba ser descubierto por un agente o una firma discográfica, hoy interpreta su música sin pretensiones comerciales y ha logrado reconocimiento entre los usuarios del subway para quienes su trabajo es puro y honesto.
“Este es el tipo de canciones que te hacen sentir algo, te hacen pensar y crecer dentro de ti durante toda tu vida”, dijo Carlos Shilinsky, uno de sus seguidores en una plataforma musical digital.