Por este tiempo los católicos hispanos en la Diócesis de Brooklyn y en toda la nación se estarían preparando para el Encuentro, una oportunidad para discutir y abordar cómo la Iglesia responde a la presencia hispana y las formas en que, a su vez, los hispanos retribuyen a la Iglesia.
Por lo general, es una reunión que destaca la amplia experiencia de los católicos hispanos, lo mismo aquellos que han emigrado a los Estados Unidos en los últimos días que los nacidos en este país. Pero, igual que ha sucedido a tantas cosas este año, en esta ocasión se realizará de una manera distinta, a través de Zoom, del 9 al 10 de octubre de 2020.
El V Encuentro Nacional, celebrado en 2018 en el Centro de Convenciones Gaylord Texan en Grapevine, Texas, marcó el final de un proceso de cuatro años de identificación y desarrollo de recursos e iniciativas para servir mejor a la creciente población hispana en la diócesis, las parroquias y los movimientos eclesiales de todo el país.
“Todo el liderazgo fue dinamizado por el encuentro, por experimentar su fe, por compartir las diferentes ideas y actividades que se estaban generando en todo Estados Unidos en ese momento”, dijo sobre la reunión nacional el obispo Octavio Cisneros, quien fue coordinador del Encuentro en la diócesis de Brooklyn y representante episcopal para el Encuentro en la Región de Nueva York.
Al reflexionar sobre el Encuentro diocesano de hace dos años, celebrado en la Universidad de St. John, el obispo Cisneros dijo: “Fue increíble que nos uniéramos, no solo los hispanos sino también la comunidad de habla inglesa. Era un sentido de unidad, un sentido de Iglesia, un sentido de nueva evangelización”.
El Encuentro se trata de salir juntos a evangelizar, explica el Diácono Jorge Castillo, miembro del equipo de Encuentro a nivel diocesano. “Conversamos con las personas donde sea que estuvieran… algunos fueron a las estaciones de metro y les preguntaron: ‘¿Cuándo fue la última vez que fue a la iglesia? ¿No has estado en la iglesia? ¿Qué podemos hacer para que regrese a la iglesia?’ ”.
Esa información que recogimos por las calles fue exactamente lo que presentamos en el Encuentro celebrado en St. John’s, y luego en Texas a nivel nacional. La capacitación y el asesoramiento para las familias, la formación en la fe, la integración de los jóvenes en la vida parroquial y la evangelización dentro de la comunidad hispana, son algunas de las prioridades ministeriales que el equipo diocesano ha estado intentando desarrollar e implementar continuamente.
El proceso de implementación de las iniciativas discutidas en Texas se inició después del Encuentro Nacional. Sin embargo, el coronavirus ha representado un obstáculo lamentable para el Encuentro Nacional, explicó Mons. Cisneros. “[La pandemia] ha aislado a la gente… ya no se podía celebrar en comunidad ni compartir en vivo nuestras experiencias o planificar reuniones; han sido tiempos difíciles”.
“Al final, todo el mundo está un poco frustrado porque los estamos haciendo esperar”, agregó el diácono Castillo. “Las iglesias han limitado el número de feligreses al 25 por ciento de la ocupación normal, y aún menos si es para asistir a grupos de oración; algunos de ellos realmente están siendo muy cuidadosos y no permiten que la comunidad se reúna”.
Si bien los feligreses ya no pueden encontrarse en persona con otros, “ahora mismo lo que estamos haciendo es, número uno, orar para que esta pandemia termine pronto, para que podamos comenzar a reunirnos de nuevo, sentarnos con el distanciamiento social… y compartir una pantalla y un computadora, para que puedan trabajar en el evento virtual que tendrá lugar en octubre”, añadió el diácono Castillo.
Aprender a lidiar con las consecuencias de la pandemia del coronavirus en la población latina —el grupo más afectado y en mayor riesgo en la ciudad de Nueva York—, ha sido una gran preocupación para los líderes, delegados y organizadores del Encuentro, como Cruz-Teresa Rosero, miembro del comité diocesano del Encuentro.
“Muchas de nuestras familias están luchando porque han perdido a un ser querido”, explicó. “Conozco personas que han tenido que regresar a sus países y ser deportadas, o todavía están aquí, pero están luchando porque no tienen los recursos necesarios para volver a casa”.
Ahora más que nunca que las personas necesitan a la Iglesia, es importante sentir que otros los están ayudando, añadió. Y aunque volverse virtual ha implicado un desafío, los líderes locales no han dejado de asegurarse de que la comunidad hispana reciba apoyo.
“Estamos aquí para eso”, incluso a pesar de la distancia social, explicó Cruz-Teresa Rosero.
En septiembre, la Diócesis de Brooklyn tuvo una reunión de líderes vía Zoom, y las ocho diócesis del estado de Nueva York también se reunieron virtualmente. ¿La meta? Buscar tres prioridades para trabajar en toda la región. Estos objetivos también serán presentados a nivel diocesano al obispo de Brooklyn Nicholas DiMarzio para su aprobación.