WASHINGTON (CNS) — Invocando a un salvadoreño que está a punto de convertirse en el primer santo católico del país, el hombre que ahora ocupa su antiguo cargo preguntó a inmigrantes y sus hijos durante una Misa el 11 de abril en Washington que pidieran por la intercesión del Beato Óscar Romero un “milagro” que permitiría a legisladores estadounidenses dar ayuda a miles de salvadoreños y otros inmigrantes a los Estados Unidos.
El arzobispo José Luis Escobar Alas de San Salvador, El Salvador, junto con el Cardenal Gregorio Rosa Chávez y otros dos obispos salvadoreños, se dirigió a los inmigrantes reunidos en el Santuario del Sagrado Corazón, diciéndoles que ni la Iglesia Católica ni Dios los abandonarían mientras enfrentan la posibilidad de quedarse sin documentos para trabajar y vivir legalmente en el país.
El cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez, y otros líderes religiosos, hablan de su gira por Washington para explicar el impacto del fin del TPS para los salvadoreños en EEUU
Posted by La Opinion on Wednesday, April 11, 2018
Durante los últimos meses, la administración del presidente Donald Trump anunció que suspendería el Estatus de Protección Temporal, o TPS, y Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) que conceden permisos de trabajo por un tiempo y otras protecciones a los inmigrantes que cumplen con ciertos criterios. El término de los programas afectaría a más de 215,000 salvadoreños que enfrentan el regreso a un país en crisis, dijo el arzobispo.
“Queremos invitarlos a que invoquemos a Monseñor Romero, por su intercesión en este milagro, una solución a este problema”, dijo el arzobispo. “Está con nosotros e intercede por nosotros”.
El Cardenal Rosa Chávez dijo que cuando los obispos en El Salvador escucharon de que los programas terminarían y que las personas afectadas estaban pasando por un momento difícil, los obispos salvadoreños decidieron “expresar solidaridad con los compatriotas”, y tomar medidas para tratar de ayudarlos. Así fue como comenzó el viaje del 9 al 14 de abril a Washington, que incluyó visitas pastorales con migrantes igual que reuniones con legisladores estadounidenses.
Funcionarios de Migration and Refugee Services (Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos) y Catholic Relief Services (Servicios Católicos de Socorro) facilitaron las reuniones en el Washington, así como en Virginia y Maryland.
Los obispos celebraron Misas y participaron en diálogos con inmigrantes. Participaron también en reuniones con personas encargadas de ciertas decisiones que afectan a los inmigrantes y trataron de hacerles saber los efectos negativos que vendrían si los programas terminan, no solo para las personas que tienen documentos por parte de TPS y DACA pero también para el país centroamericano. El país se encuentra en una situación de alta pobreza y crimen desenfrenado, nombrado como uno de los lugares más peligrosos del mundo que no está en guerra.
El arzobispo dijo que el grupo, que incluía al obispo William Iraheta de Santiago de María y al obispo Elías Samuel Bolaños Avelar, vicepresidente de Cáritas El Salvador, quería hablar con los legisladores estadounidenses para hablar de lo que sucedería en el país y en el extranjero sino se reconsideran cambios al futuro de TPS y DACA.
Cuando funcionarios estadounidenses preguntaron si El Salvador podía acoger a 195,000 salvadoreños obligados a regresar por el fin del TPS, programado para 2019, “nosotros les dijimos lo que ellos bien saben”, que El Salvador no puede ofrecerles protección en este momento dada la violencia y la falta de trabajo, dijo el Arzobispo Escobar durante una reunión el 11 de abril con los medios en español.
Apenas unos días antes de salir del país, los obispos estaban enfrentando las emociones del asesinato durante Semana Santa de un sacerdote de la diócesis del obispo Iraheta, un presunto asesinato a manos de miembros de pandillas.
El 12 de abril se reunieron con republicanos y demócratas en el Congreso de Estados Unidos, buscando apoyo bipartidista para una solución para los más de 215,000 salvadoreños que podrían verse afectados si no se hace nada para encontrar una solución permanente para los beneficiarios de los programas DACA y TPS.
Mientras se ocupaban tratando de ilustrar a los miembros del Congreso el peligro económico y físico que enfrentarían los migrantes al regresar, también trataban de dar esperanza a miembros de la comunidad salvadoreña. Dijeron que querían escucharlos, comprender sus preocupaciones y les dijeron que estarían con ellos sin importar lo que sucediera.
“Lo que les pasa a ustedes, nos pasa a nosotros también”, dijo el Arzobispo Escobar a una multitud de inmigrantes salvadoreños en Washington después de la Misa. “Cuando se les ofende, nosotros nos sentimos ofendidos”.
Pero como familia de fe, juntos enfrentarían cualquier dificultad, dijo el arzobispo, y los mártires y santos de El Salvador estarían con ellos, como lo han estado a lo largo de la turbulenta historia del país.
Les habló de noticias alentadoras, del primer santo del país, del primer cardenal de El Salvador, uno que a menudo visita a los salvadoreños en los Estados Unidos. También les contó de las oraciones de sus compatriotas en El Salvador y de su profundo agradecimiento a los obispos de Estados Unidos y la Iglesia Católica del país, por estar con inmigrantes y abogar por ellos en un momento difícil.