Un reciente intento de contrabando se saldó con la muerte de 53 personas en un sofocante tractor-remolque cerca de San Antonio, Texas. Sólo 25 sobrevivieron.
El Papa Francisco ha subrayado la necesidad de que todos nosotros “caminemos con los migrantes”. Lo que no significa resolver los problemas de todos, sino acompañar a los migrantes en sus viajes por la vida.
- Relacionada: Inmigrantes piden al Congreso que tome medidas
Algunas personas pueden conocer y servir a los migrantes individualmente. Sin embargo, todos nosotros vemos muchos de los viajes del mundo actual desde lejos. Algunos malinterpretamos esta realidad. La trágica muerte de 53 personas es, por desgracia, sólo la punta del iceberg.
Los migrantes vienen a este país por muchas razones. No puedo evitar recordar la historia de mi abuelo paterno, Francisco DiMarzio, que llegó a este país en 1912 como menor no acompañado.
Tenía unos 15 años cuando dejó su pueblo en Italia y viajó a la ciudad de Newark, Nueva Jersey, donde se habían establecido algunas personas de su pueblo. En aquellos años, había pocas limitaciones a la inmigración, pero en la década de 1920 se impusieron severas restricciones a muchos países, incluidos los del sur y el este de Europa.
Yo no estaría aquí hoy si mi abuelo no hubiera corrido ese riesgo. Cuando le preguntaba: “¿Por qué vinieron a este país?”, me respondía con una sola palabra: “miseria”, que significa que se enfrentaban a la falta de alimentos, a la falta de trabajo y a la falta de futuro.
La miseria es la causa de que muchos inmigrantes vengan hoy en día: algunos huyen de la violencia de las pandillas, otros de los desastres medioambientales y otros de las condiciones insostenibles causadas por la corrupción política.
La mayoría de los inmigrantes legales y muchos indocumentados vienen a reunirse con sus familiares o a encontrar un futuro que no tienen en su propio país.
Una reciente decisión del Tribunal Supremo permitió al gobierno de Biden cambiar la política de la era Trump que exigía que los solicitantes de asilo en Estados Unidos permanecieran en México mientras las solicitudes de asilo estuvieran pendientes en los tribunales de inmigración estadounidenses. El cambio de política ofrece cierta protección a los migrantes frente a los peligros bien documentados de las ciudades fronterizas mexicanas. Aun así, es necesario desplegar más recursos para garantizar audiencias oportunas, representación legal y servicios básicos para estos solicitantes de asilo.
Muchos de los que se ven impulsados a venir a EE.UU. serán verdaderos activos para nuestro país. Pero, en la actualidad, se ven obligados a ponerse en manos de contrabandistas o a utilizar otros medios para cruzar ilegalmente la frontera.
Sin embargo, quizá haya algo de luz al final del túnel de la migración. Hace unas semanas se celebró en Los Ángeles una reunión histórica de los países del hemisferio occidental en la que 20 países emitieron una Declaración sobre Migración y Protección. La cooperación regional es necesaria para gestionar humanamente la migración en el hemisferio.
Las naciones participantes asumieron cuatro compromisos significativos.
En primer lugar, los países acordaron estabilizar los movimientos migratorios a través de inversiones que aborden las causas fundamentales de la migración para que las personas puedan permanecer en sus propios países.
En segundo lugar, acordaron ampliar las vías legales para la migración con el objetivo de disminuir la necesidad de la migración no regulada.
En tercer lugar, acordaron gestionar mejor sus fronteras, haciendo un esfuerzo especial para abordar las redes de contrabando y el tráfico de personas.
En cuarto lugar, acordaron cooperar y compartir información sobre cruces fronterizos inesperados y a gran escala.
Estos compromisos son una señal positiva de cooperación, que llevará tiempo poner en práctica.
Pero la declaración ofrece la esperanza de que la cooperación entre los países y los esfuerzos de Estados Unidos por involucrar a otros países en las causas y la gestión de la migración pueden resultar beneficiosos para todos.