El padre Anthony J. Sansone nació en Brooklyn en febrero de 1950. “Soy parte de la segunda generación de mi familia que nació en Estados Unidos. Mi padre nació en Manhattan y mis abuelos llegaron desde Italia en 1914”.
Proviene de una familia católica; y tiene un hermano gemelo que está casado y vive en Staten Island. “Las personas en las parroquias donde he servido se han convertido en mi segunda familia. He tenido la oportunidad de servir en varias parroquias, pasando un tiempo considerable en cada una de ellas”.
Para el padre Sansone, el sacerdocio no es solo su vocación, para él es una experiencia maravillosa que le ha ayudado mucho a su desarrollo pastoral y espiritual.
“Desde pequeño estudié con las hermanas dominicas en mi parroquia Santa Juana Francisca de Chantal en Borough Park en Brooklyn. Las hermanas eran unas grandes educadoras, nunca olvidé la educación que me dieron. Hablaban de las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa, creo que ellas sembraron la primera semilla de mi vocación”. El joven Anthony estudió la escuela primaria y secundaria en escuelas públicas de Nueva York, al graduarse ingresó a la universidad y consiguió su diploma en Historia.
En ese momento, su vocación comenzó a hacerse evidente. “Creo que fue cuando estaba en la universidad. Estudiaba historia, quería ser profesor, pero este pensamiento vino a mí y nunca me dejó. Traté de hacerlo a un lado porque me veía casado y con una familia, pero mi vocación sacerdotal era algo muy fuerte. A pesar de estar en una universidad secular, de viajar a Europa y de salir con algunas amigas, volví a este llamado porque era muy fuerte y poderoso. Hice la solicitud y el proceso para ingresar al seminario mayor, fui al Seminario de la Inmaculada Concepción en Huntington en Long Island, donde estuve cinco años”.
Entró al seminario con 24 años y el 21 de junio de 1980 fue ordenado como sacerdote por Mons. Francis Mugavero, entonces obispo de Brooklyn, en la parroquia Santa María Madre de Jesús y el 22 celebró su primera misa allí, ya son 38 años como sacerdote.
El padre Sansone recuerda su primera misa. “Estaba muy nervioso, habían muchas personas que vinieron a acompañarme en mi primera misa, obviamente también estaban mi familia y amigos cercanos. Fue una experiencia maravillosa porque en ese momento Mons. Mugavero ordenaba a los sacerdotes individualmente, no juntos como se hace ahora en la Concatedral. Yo fui uno de los últimos sacerdotes ordenados de manera individual, al año siguiente las ordenaciones cambiaron”.
Su primera parroquia fue San Luis en Ridgewood, en Queens, donde fue el vicario parroquial desde 1980 a 1987, luego fue enviado a la parroquia San José en Astoria, en Queens. Allí estuvo doce años también como vicario parroquial. En 1999 llegó la Basílica Regina Pacis en Brooklyn donde estuvo por dos años y medio.
Después Mons. Thomas Daily, entonces obispo de Brooklyn, lo nombró párroco de Sagrado Corazón-San Esteban en Carroll Gardens, Brooklyn, monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, lo confirmó como párroco después de su sexto año allí, en 2012 fue nombrado párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
Para el padre Sansone lo mejor de ser sacerdote “es el hecho de ser ministro para diferentes personas, con diferentes experiencias culturales, traerles a ellos el concepto sobre Jesús, proporcionarles experiencias que puedan ser concretamente parte de la vida de la iglesia, experiencias concretas de la existencia de Jesucristo en sus vidas”. Al padre Anthony Sansone le gusta visitar museos, ir a conciertos, reunirse con otros amigos sacerdotes y hablar sobre sus ministerios en la Diócesis. Para él el mejor museo es el Metropolitan Museum of Arts.
El deporte también ha estado en su vida. “Solía nadar y hacer yoga, pero me he vuelto un poco mayor. Soy fanático de los Yankees desde 1961 cuando tenía 11 años”.