CIUDAD DEL VATICANO (Por Cindy Wooden/CNS)—. Hacer la voluntad de Dios significa primero que todo creer en Jesús y permitir que el amor por él se convierta en el amor por el prójimo, dijo el papa Francisco.
El papa dijo que la historia del Evangelio de la multiplicación de los panes demuestra la preocupación que Jesús mostró por las necesidades materiales diarias de la gente, pero que el pasaje que le sigue muestra cómo “es aún más importante cultivar nuestra relación con él, fortalecer nuestra fe en él, que es el ‘pan de vida’ venido para saciar nuestra hambre de verdad, nuestra hambre de justicia, nuestra hambre de amor”.
Antes de recitar el Ángelus el 5 de agosto con visitantes en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco ofreció comentarios sobre la lectura del día del Evangelio, Juan 6:24-35, que cuenta sobre las multitudes alimentadas por Jesús que lo seguían y le preguntaban qué significa hacer “las obras de Dios”.
Jesús les contesta: “Esta es la obra de Dios: creer en aquel que él ha enviado”.
El papa dijo que con esta contestación Jesús quiere que la multitud dé un paso adelante en la fe, “a preguntarse sobre el significado del milagro (la multiplicación de los panes), no solo aprovecharse de él”.
Jesús “quiere satisfacer no solo los cuerpos sino también las almas, dando el alimento espiritual que puede satisfacer el hambre más profunda”, dijo el papa Francisco.
El papa dijo que la gente pensaba que si ellos hacían ciertas acciones específicas Dios respondería con milagros como alimentar la multitud con solamente cinco panes y dos peces, pero Jesús quiere que la gente sepa que Dios los ama como sus propios hijos y quiere una relación con ellos.
“Es una tentación común esto de reducir la religión a la práctica de las leyes proyectando en nuestra relación con Dios la imagen de la relación entre los sirvientes y su amo”, él dijo. “Los sirvientes deben realizar las tareas que el amo ha asignado para poder obtener su benevolencia”.
Decirle a la gente que hacer la obra de Dios significa creer en Jesús demuestra que “la fe en Jesús nos permite hacer las obras de Dios”, dijo el papa. “Si nos dejamos envolver en esta relación de amor y confianza con Jesús podremos hacer buenas obras que tengan el perfume del Evangelio para el bien y las necesidades de los hermanos”.