Columna del Obispo

Una visita a Roma en tiempos difíciles

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO: 

Al regresar de mi viaje a Porto San Giorgio y Roma, el pasado mes de septiembre, me gustaría informarles sobre algunos de los eventos en los que participé esos días.

Mi primera parada fue en Porto San Giorgio, una pequeña ciudad en la costa italiana del Adriático, donde está ubicada la sede internacional del movimiento Camino Neocatecumenal. Como saben, con el movimiento, hemos establecido un nuevo Seminario de Redemptoris Mater en Douglaston, que ya cuenta con 12 seminaristas.

Próximamente recibiremos tres seminaristas más. Dos de los seminaristas que vendrán a la diócesis son estadounidenses y están listos para entrar a la universidad. Uno de ellos completará sus estudios preuniversitarios en Cathedral Prep. El tercero es nacido en Italia, con formación universitaria pero necesita una visa para venir al seminario.

Mons. DiMarzio encabezó una delegación interreligiosa, de líderes budistas y católicos, del Diálogo de la Fraternidad. Foto cortesía de la Oficina de Prensa de la Diócesis de Brooklyn

Los tres son buenas adiciones a nuestros seminaristas. Como saben, aunque somos afortunados de tener 48 seminaristas estudiando para el sacerdocio en Brooklyn y Queens, nunca hay suficientes sacerdotes para servir a nuestra diócesis, especialmente debido a nuestra población multiétnica.

Una de las experiencias más singulares de este evento de tres días fue tener la oportunidad de entrevistar a los candidatos que se presentaron. Había más de 240 postulantes de todo el mundo dispuestos a emprender la formación para esta vocación misionera de Camino Neocatecumenal.

Se formaron grupos pequeños, en uno de los cuales participé, donde se les hicieron algunas preguntas a los candidatos. Se les pidió que describieran quiénes eran y cuándo sintieron que tenían una llamada al sacerdocio. Más importante aún, se les preguntó si estaban listos y dispuestos a ir a cualquier seminario de Redemptoris Mater en cualquier lugar del mundo para su vocación misionera de la Nueva Evangelización.

Al responder a estas preguntas, estos jóvenes mostraron una gran honestidad muy parecidos a los seminaristas nuestros a quienes he entrevistado a lo largo de los años. La mayoría de ellos se sienten indignos de responder a una llamada al sacerdocio. Además, temen un compromiso de vida permanente. Estos dos aspectos parecen ser universales a la población millennial que conforma la mayor parte de los nuevos seminaristas.

Después de esta reunión, viajé a Roma para encabezar una delegación de líderes budistas y católicos como parte de la “Dialogue of Fraternity Delegation for Green Affordable Housing, USA (Delegación de Diálogo de la fraternidad para una vivienda ecológica y asequible en Estados Unidos)”.

Este proyecto fue idea del fallecido cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, quien falleció el pasado mes de julio. Nuestro propio Obispo auxiliar James Massa fue miembro de la junta consultiva de este Consejo debido a su gran experiencia en asuntos interreligiosos y ecuménicos.

Hace tres años, el cardenal Tauran preguntó si se podrían dar algunos pasos concretos para promover el diálogo entre católicos y budistas. Normalmente, el diálogo es el primer paso, sin embargo, hay una comprensión de nuestra teología y nuestro concepto de Dios y también de los suyos. También dedicamos algún tiempo para orar juntos, y la cuarta pata de esta mesa de diálogo es el servicio.

A la luz de la Encíclica del Papa Francisco, “Laudato Si” (Sobre el cuidado de nuestro hogar común), el Cardenal Tauran pensó que con los budistas y los católicos trabajando juntos podríamos crear proyectos de viviendas ecológicas sostenibles dirigidos a personas mayores pobres y para desamparados.

De hecho, cuando se solicitó a nuestra diócesis que respondiera a la solicitud de propuesta, lo hicimos a través de nuestra corporación de viviendas Catholic Charities, Progress of People´s Development Corp. (POP Development), igual que las Arquidiócesis de Los Ángeles y Chicago. Tuve el privilegio de representar a esos dos arzobispos al presentar el programa a nuestro Santo Padre. Hace varios años, el Papa Francisco se reunió con líderes católicos y budistas y les dio su bendición para este maravilloso proyecto. Habían más de 20 personas en la delegación cuando nos paramos en los escalones de la Basílica de San Pedro para tomarnos una foto con el Papa después de la audiencia del 12 de septiembre.

Las últimas palabras de nuestro Santo Padre a nuestro grupo, en un inglés con acento alemán, fueron “¡Gracias por su ayuda!” El Papa Francisco fue hospitalario con la delegación y se mostró interesado en el proyecto. De hecho, tan pronto como mencioné el nombre del cardenal Tauran sacó de su bolsillo la tarjeta de oración conmemorativa con la imagen del cardenal.

Se ve muy claro que tenía una estrecha relación con el cardenal Tauran y que estaba más que dispuesto a hacer todo lo posible para que este proyecto llegara a buen término.

En este viaje a Roma, fui acompañado por el Padre Patrick Keating, Director Ejecutivo Adjunto de Caridades Católicas, quien está trabajando con Msgr. Alfred LoPinto, CEO, para supervisar este proyecto, junto con Timothy McManus, Vicepresidente primero de Desarrollo de Viviendas, quien también fue miembro de nuestra delegación.

Obviamente, la situación actual de la Iglesia Universal es más que desafiante y estar en Roma en medio de estos tiempos difíciles fue una experiencia interesante.

Me ayudó a contactar con la Curia romana, para resolver varios asuntos pendientes de nuestra diócesis, Msgr. Cuong Pham, actualmente asignado al Consejo Pontificio para los Textos Legislativos. El padre Keating y yo nos alojamos en el North American College durante nuestra visita y tuvimos la oportunidad de compartir con el padre John Cush, decano académico de esa universidad.

Cruzar el Atlántico es como separar las aguas profundas que dividen los continentes. Pero la naturaleza universal de la Iglesia y la profunda fe de su gente es tan evidente en los Estados Unidos como en cualquier otra parte.