Pompez devino en uno de los cazatalentos latinos de su época, contribuyendo a que el español se convirtiera en segunda lengua de la MLB.

Cuando a Rivera le encargaron un mural para los Rockefeller muchos comentaron que “la venta de su alma” era un hecho consumado.

Mucho antes de que la humanidad enloqueciera con la rumba, otro ritmo latino ya la había arrebatado. Esta es la historia.

La locura por la rumba pasó, pero en el 2001 “El manisero” entró en el Salón de la Fama del Grammy Latino. Aquí la historia.

La Gran Depresión empezó el lunes 28 de octubre de 1929: la Bolsa de Wall Street perdió el 12% de su valor.

Según el humorista Enrisco, Nueva York no es que sea una ciudad muy poética, pero siempre ha inspirado a los poetas de lengua española.

Hubo un tiempo en que la moda de la hispanidad prendió en Nueva York… y hasta el español se puso de moda.

Está compuesto en su mayoría por puertorriqueños, aunque en él conviven latinoamericanos de diversas nacionalidades.

En 1895 Archer se casó con su prima biológica Helen, quien compartía, además de ADN, su pasión por España.

A unos la suerte les cae del cielo y a otros la madre sale a buscárselas… como fue el caso de Archer Milton Huntington.

Una divertida reseña sobre el poeta y periodista mexicano, uno de los gestores de la transición del modernismo a las vanguardias.

Arturo Schomburg supo lo que era ser discriminado desde niño… y no solo por el color de su piel.

Con Little Spain pasó lo que con buena parte de los barrios de Nueva York: los padres prosperaron, los hijos se mudaron y los alquileres subieron.

Al puntillazo del imperio colonial español en América en 1898 le siguió el estrechamiento de los lazos entre Nueva York y Latinoamérica.

El hundimiento del Maine se convirtió en un grito para quienes clamaban por la guerra, que se materializó en la Guerra Hispano-Americana.

Para algunos, la joven era una mártir, para otros una heroína, pero hubo también quienes tacharon a Evangelina de subversiva.

Hasta hace muy poco, en Nueva York esta bandera se veía más que M de McDonald’s.

Rafael Serra fue un intelectual afrocubano clave en el apoyo a la Guerra de Independencia cubana.

Martí lo mismo convencía a generales… que a humildes torcedores de tabaco.

Según el historiador Enrique del Risco, para los cubanos Martí sería lo que Messi para los argentinos… si hubiera ganado un par de mundiales.

Bellán murió sin sospechar que con el tiempo se convertiría en precursor de un montón de millonarios cubanos, dominicanos, venezolanos, panameños y boricuas.

Hubo días en los que el apóstol de la independencia de Cuba lo mismo producía críticas de arte que pasaportes. Aquí lo cuenta Enrique del Risco.

A veces la literatura es la guerra por otros medios, como la política o las cenas familiares. Así pasó con Cecilia Valdés, la novela de Cirilo Villaverde.

La escuela de Hostos solía ser llamada “Ciudadano de América” por su entrega a la independencia de Cuba y Puerto Rico, a la unidad de las Antillas y a la de América Latina.

¿Cuál fue el papel de Estados Unidos durante la lucha por la independencia cubana frente a Estaña? Enrique del Risco hace un recuento de la historia.

Emilia Casanova de Villaverde, la libertadora cubana en tiempos de conquista española se ha convertido en un referente para el empoderamiento femenino latinoamericano.

La guerra independentista en Cuba tuvo gran repercusión en la comunidad de emigrados en Nueva York. Enrisco nos cuenta la historia en clave de humor.

“Antes de Netflix (o ese Netflix ortopédico que era la televisión) no había nada más entretenido que una buena guerra”, dice Enrisco en su columna de marzo.

Enrique del Risco nos cuenta, en clave de humor, la historia de William Walker, uno de los personajes más rocambolescos de la historia americana.

Una vez que el general Narciso López diseñó una bandera para Cuba solo faltaba buscar la forma de irla a plantar, como hicieron los norteamericanos en la Luna.

Narciso López, el general venezolano empeñado en liberar a Cuba necesitaba las tres cosas según Napoleón imprescindibles para ganar las guerras…

Para liberar a Cuba del dominio español Narciso López necesitaba dos cosas: dinero y una bandera. Siempre será más fácil inventarse una bandera que un país.

“Incluso en el siglo XIX el español en Nueva York no era asunto solo de inmigrantes. También los locales maltrataban la lengua de Cervantes”, nos dice en clave de humor Enrique del Risco.

Al morir Varela a sus 64 años –y tras treinta de exilio norteamericano— Cuba seguía siendo colonia española. Y lo seguiría siendo 45 años más. Porque en cuestiones como el cambio de estatus político a los cubanos no se les puede acusar de impacientes. A Varela sí.

Don Félix Varela, sacerdote, filósofo y maestro, ídolo de la juventud habanera ilustrada a principios del siglo XIX, llegó a Nueva York el 15 de diciembre de 1823. O quizás dos días después.

Ser pionero es difícil. Se puede ser el primero en el tiempo pero luego viene la cuestión del espacio. Como con los exiliados cubanos en Nueva York. Pongamos el caso del poeta José María Heredia. Llegó antes que ninguno de sus compatriotas exiliados a Estados Unidos. Más exactamente al puerto de Boston, el 4 de […]

De manera que mientras en el resto de Hispanoamérica se dedicaban primero a liberarse de España y luego a recuperarse de las pérdidas de la guerra, los hacendados cubanos y puertorriqueños se esforzaban en producir toda la azúcar posible (gracias a la no muy voluntaria contribución de esclavos importados desde África) para vendérsela a Estados Unidos, el mercado más rentable que tenían a mano.

No es la primera vez que la contagiosa alegría de quienes son conocidas como las “franciscanas alegres” llama la atención en Internet.

El “San Juan Bautista” de la independencia sudamericana, el venezolano Francisco de Miranda, se adelantó a la gesta libertadora justo por dos años.

Miranda fue inspirador de Simón Bolívar y gobernante de la primera República de Venezuela.

Esto es lo poco que se conoce del primer no indígena americano en residir en Manhattan.

Desde los primeros asentamientos europeos en el área, el español era la lengua del enemigo.

El problema no es la independencia, que deberán decidir: el problema serio es el nacionalismo.

Enrique del Risco es licenciado en Historia y doctor en Literatura Latinoamericana. Es profesor de Literatura y Lengua Española en la Universidad de Nueva York. Ha publicado cinco libros de narrativa. “Enrisco” es el pseudónimo con que el escritor publica sus textos de humor, que en las últimas décadas suman ya cuatro libros y cientos […]